Jump to content

Ludwig van Beethoven/es: Difference between revisions

Created page with "<blockquote>Ni la perversión ni la pasión son mi maldad. Mi crimen es la juventud. No soy malo, realmente no soy malo, aun cuando la furia surge a menudo a través de mi cor..."
(Created page with "<blockquote>No hay nada más intolerable que tener que admitir para nosotros mismos nuestros errores.<ref>Ibid., p. 92.</ref></blockquote>")
(Created page with "<blockquote>Ni la perversión ni la pasión son mi maldad. Mi crimen es la juventud. No soy malo, realmente no soy malo, aun cuando la furia surge a menudo a través de mi cor...")
Line 22: Line 22:
<blockquote>No hay nada más intolerable que tener que admitir para nosotros mismos nuestros errores.<ref>Ibid., p. 92.</ref></blockquote>
<blockquote>No hay nada más intolerable que tener que admitir para nosotros mismos nuestros errores.<ref>Ibid., p. 92.</ref></blockquote>


<blockquote>I am not bad; hot blood is my wickedness, my crime is youthfulness. I am not bad, really not bad; even though wild surges often accuse my heart, it is still good. To do good wherever we can, to love liberty above all things, and never to deny truth.<ref>Beethoven, written in the autograph book of Herr Bocke, ibid., p. 76.</ref></blockquote>
<blockquote>Ni la perversión ni la pasión son mi maldad. Mi crimen es la juventud. No soy malo, realmente no soy malo, aun cuando la furia surge a menudo a través de mi corazón; aun así es un buen corazón.<ref>Beethoven, written in the autograph book of Herr Bocke, ibid., p. 76.</ref></blockquote>


Beethoven sabía que era un hijo de Dios, pero no necesariamente podía explicar el arrebato del fuego blanco que lo atravesaba ordenándole su música y de hecho consumiendo sustancia, o quizá manifestando justificada indignación por injusticias externas. Dice, así, que su filosofía es
Beethoven sabía que era un hijo de Dios, pero no necesariamente podía explicar el arrebato del fuego blanco que lo atravesaba ordenándole su música y de hecho consumiendo sustancia, o quizá manifestando justificada indignación por injusticias externas. Dice, así, que su filosofía es