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Cuando las siete iniciaciones de los siete chakras han sido superadas y los treinta y tres pasos han sido realizados, el hombre y la mujer regresan a la plenitud del Uno interior. Cuando ambos están libres de la separación del Todo y han entrado en ese estado de plenitud, su deseo ya no está basado en lo incompleto, sino que es tan solo ese deseo santo que proviene de la unidad con el Dios Padre-Madre.   
Cuando las siete iniciaciones de los siete chakras han sido superadas y los treinta y tres pasos han sido realizados, el hombre y la mujer regresan a la plenitud del Uno interior. Cuando ambos están libres de la separación del Todo y han entrado en ese estado de plenitud, su deseo ya no está basado en lo incompleto, sino que es tan solo ese deseo santo que proviene de la unidad con el Dios Padre-Madre.   


En esta unión no hay pecado. Es la representación de la reunión divina, del matrimonio alquímico del alma con el Espíritu. Antes de la ascensión, esta reunión divina puede expresarse entre el hombre y la mujer con la unión de corazón, alma, cuerpo y mente para gloria de Dios en los siete chakras. De esta unión ya no surge «una clase de hombre» (las genealogías de la mente carnal o la descendencia de la carne), sino los arquetipos de la conciencia Crística, de los cuales conocemos al más alto, que es Jesucristo.   
En esta unión no hay pecado. Es la representación de la reunión divina, del matrimonio alquímico del alma con el Espíritu. Antes de la [[Special:MyLanguage/ascension|ascensión]], esta reunión divina puede expresarse entre el hombre y la mujer con la unión de corazón, alma, cuerpo y mente para gloria de Dios en los siete chakras. De esta unión ya no surge «una clase de hombre» (las genealogías de la mente carnal o la descendencia de la carne), sino los arquetipos de la conciencia Crística, de los cuales conocemos al más alto, que es Jesucristo.   


Este amado Hijo de Dios nació de la unión santificada del alma de María con el Espíritu de Dios a través del iniciado más alto del Espíritu Santo, Saint Germain (encarnado como José). Jesús fue el fruto de la mujer redimida. María se había convertido en Ma-Ray, el rayo de la Madre. Ella había pasado la prueba del diez, que Eva había fallado. Su virginidad era obediencia al Cristo interior y al Cristo Cósmico. Él le envió a ella instrucciones e iniciaciones, primero por medio de sus devotos padres, Ana y Joaquín, y por medio de sus hermanas en el templo esenio, donde recibió su primera preparación, y después por medio del Arcángel Gabriel.   
Este amado Hijo de Dios nació de la unión santificada del alma de María con el Espíritu de Dios a través del iniciado más alto del Espíritu Santo, Saint Germain (encarnado como José). Jesús fue el fruto de la mujer redimida. María se había convertido en Ma-Ray, el rayo de la Madre. Ella había pasado la prueba del diez, que Eva había fallado. Su virginidad era obediencia al Cristo interior y al Cristo Cósmico. Él le envió a ella instrucciones e iniciaciones, primero por medio de sus devotos padres, Ana y Joaquín, y por medio de sus hermanas en el templo esenio, donde recibió su primera preparación, y después por medio del Arcángel Gabriel.