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Hilarion/es: Difference between revisions

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=== Sumo sacerdote del Templo de la Verdad ===
=== Sumo sacerdote del Templo de la Verdad ===


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Hilarión fue el sumo sacerdote del Templo de la Verdad en la [[Special:MyLanguage/Atlantis|Atlántida]] y transportó la llama de la Verdad junto con los artefactos del Templo a Grecia poco antes del hundimiento del continente. El foco de la Verdad que él estableció se convirtió en el punto de concentración de los Oráculos de [[Special:MyLanguage/Delphi|Delfos]], mensajeros de la Verdad que prestaron servicio bajo la dirección de [[Special:MyLanguage/Pallas Athena|Palas Atenea]] durante cientos de años, hasta que sacerdotes negros penetraron en la Orden de Delfos y pervirtieron la Verdad que se había traído. La Hermandad entonces retiró este servicio a la humanidad encarnada, puesto que la gente era incapaz de distinguir entre la Verdad y el error.
Hilarión fue el sumo sacerdote del Templo de la Verdad en la [[Special:MyLanguage/Atlantis|Atlántida]] y transportó la llama de la Verdad junto con los artefactos del Templo a Grecia poco antes del hundimiento del continente. El foco de la Verdad que él estableció se convirtió en el punto de concentración de los Oráculos de [[Special:MyLanguage/Delphi|Delfos]], mensajeros de la Verdad que prestaron servicio bajo la dirección de [[Special:MyLanguage/Pallas Athena|Palas Atenea]] durante cientos de años, hasta que sacerdotes negros penetraron en la Orden de Delfos y pervirtieron la Verdad que se había traído. La Hermandad entonces retiró este servicio a la humanidad encarnada, puesto que la gente era incapaz de distinguir entre la Verdad y el error.
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=== San Pablo ===
=== San Pablo ===
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Hilarión encarnó después como Saulo de Tarso, que se convirtió en el apóstol Pablo. Hilarión ha recordado para nosotros su encuentro con el Cristo en aquella encarnación:  
Hilarión encarnó después como Saulo de Tarso, que se convirtió en el apóstol Pablo. Hilarión ha recordado para nosotros su encuentro con el Cristo en aquella encarnación:  


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<blockquote>[[Special:MyLanguage/Jesus|Jesús el Cristo]] lo llamábamos, y él nos llamaba como os llama a vosotros hoy día. Revivo los recuerdos de su venida a mí, otorgándome poder con su Palabra. Sin embargo, primero me humilló en aquel camino a Damasco, la humillación que tanto necesitaba para poder inclinarme ante mi propia llama Crística que él me reveló, al igual que me dio la clave para la meditación en esa llama para que pudiera seguir sus pasos en el quinto rayo de la ciencia, la curación, el apostolado y la prédica de la Palabra.</blockquote>
<blockquote>[[Special:MyLanguage/Jesus|Jesús el Cristo]] lo llamábamos, y él nos llamaba como os llama a vosotros hoy día. Revivo los recuerdos de su venida a mí, otorgándome poder con su Palabra. Sin embargo, primero me humilló en aquel camino a Damasco, la humillación que tanto necesitaba para poder inclinarme ante mi propia llama Crística que él me reveló, al igual que me dio la clave para la meditación en esa llama para que pudiera seguir sus pasos en el quinto rayo de la ciencia, la curación, el apostolado y la prédica de la Palabra.</blockquote>
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<blockquote>Con frecuencia me sentía como las manos, los pies y el corazón de [[Special:MyLanguage/Hercules|Hércules]], luchando con las espirales descendentes de la Tierra con su ateísmo, su agnosticismo, su orgullo espiritual y su rencor contra los profetas y el Santo de Dios, que había estado hacía tan poco tiempo entre nosotros. Pero entretanto recordaba que yo había formado parte de ellos. Haber sido tan orgulloso y tan deliberado contra la voluntad de Dios grabó en mi memoria para siempre la indefensión que todos tenemos como instrumentos de Dios. Pero el gran otorgamiento de poder de la Palabra llega, amados míos, en la hora de la conversión. No es en la hora del llamado, sino en la hora de la conversión cuando el alma responde con algo profundo. Es el fluir, es el dar, es la entrega cuando, como Él dijo, “dura cosa te es dar coces contra el aguijón…”.</blockquote>
<blockquote>Con frecuencia me sentía como las manos, los pies y el corazón de [[Special:MyLanguage/Hercules|Hércules]], luchando con las espirales descendentes de la Tierra con su ateísmo, su agnosticismo, su orgullo espiritual y su rencor contra los profetas y el Santo de Dios, que había estado hacía tan poco tiempo entre nosotros. Pero entretanto recordaba que yo había formado parte de ellos. Haber sido tan orgulloso y tan deliberado contra la voluntad de Dios grabó en mi memoria para siempre la indefensión que todos tenemos como instrumentos de Dios. Pero el gran otorgamiento de poder de la Palabra llega, amados míos, en la hora de la conversión. No es en la hora del llamado, sino en la hora de la conversión cuando el alma responde con algo profundo. Es el fluir, es el dar, es la entrega cuando, como Él dijo, “dura cosa te es dar coces contra el aguijón…”.</blockquote>
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<blockquote>Mi alma Lo conocía de antaño y trajo a mi mente exterior la memoria del voto interior. No era la primera vez que veía al Señor Cristo. Lo había visto antes de encarnar, y sin embargo tenía que resolver ese orgullo, ese karma en el quinto rayo de mucho aprendizaje, mucho estudio y una superioridad en la posición social e intelectual que tenía comparado con los primeros cristianos. Y así, mi propio karma que tenía encima era lo que me hacía resistirme a la llamada.<ref>{{LSR-es}}, segundo libro, págs. 171–73.</ref></blockquote>
<blockquote>Mi alma Lo conocía de antaño y trajo a mi mente exterior la memoria del voto interior. No era la primera vez que veía al Señor Cristo. Lo había visto antes de encarnar, y sin embargo tenía que resolver ese orgullo, ese karma en el quinto rayo de mucho aprendizaje, mucho estudio y una superioridad en la posición social e intelectual que tenía comparado con los primeros cristianos. Y así, mi propio karma que tenía encima era lo que me hacía resistirme a la llamada.<ref>{{LSR-es}}, segundo libro, págs. 171–73.</ref></blockquote>
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<blockquote>Mi Señor me persiguió mientras realizaba mi viaje por el camino a Damasco. Sí, amados, fui cegado, no por su luz sino por mi pecado y la alquimia de su luz penetrando en el registro del pecado en mi ser. Así, fui cambiado, convertido por el Espíritu del Señor en la plena manifestación de Jesucristo sobre mí.<ref>Hilarión, “The Revolution of Truth (La revolución de la verdad)”, {{POWref-es|36|45|, 3 de octubre de 1993}}</ref></blockquote>
<blockquote>Mi Señor me persiguió mientras realizaba mi viaje por el camino a Damasco. Sí, amados, fui cegado, no por su luz sino por mi pecado y la alquimia de su luz penetrando en el registro del pecado en mi ser. Así, fui cambiado, convertido por el Espíritu del Señor en la plena manifestación de Jesucristo sobre mí.<ref>Hilarión, “The Revolution of Truth (La revolución de la verdad)”, {{POWref-es|36|45|, 3 de octubre de 1993}}</ref></blockquote>
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