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El libro de Génesis dice que Enoc era el séptimo desde Adán, que «caminó con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios[1].
Enoc era un sacerdote del fuego sagrado y un sacerdote de la Orden de Melquisedec.
Enoc ha hablado de los desafíos de aquella vida:
Jamás me arrepentí del paso que di, ni de los que precedieron, que me llevaron al borde de la debacle humana cuando mi propia vida, según mi prójimo, fue juzgada como un fracaso. Y sin embargo, ante los maestros, antes los grandes Hermanos de Luz, fui juzgado digno de ascender y de dejar de ser, pues Dios me llevó. Y no me arrepiento de ello, porque los breves momentos en los que la humanidad se arriesgó a mofarse de mí pasaron rápidamente y la gloria del futuro en reinos de luz ha sido tan maravillosa que incluso en un momento de esa gloria, todo el dolor y la angustia de la censura humana quedaron borrados y pasaron[2].
He caminado con Dios. Durante muchos siglos he caminado por las vías y los caminos del mundo, llevando su llama como emisario de la Gran Hermandad Blanca. Oh, el caminar con Dios en la tierra y en las ciudades celestiales de los reinos de nuestro Señor para sembrar las semillas del Cristo para que pudieran brotar en el corazón de todos los hombres. Vosotros también podéis caminar con Dios si tan sólo pensáis en el hecho de que al dedicaros a vuestras tareas diarias, mundanas como puedan ser, estáis involucrados en un caminar con Dios, y ese caminar se vuelve más cercano, una comunión interior, el ritmo de sus pasos y su latido del corazón, de su aliento de fuego[3].
Tan completamente absorbido en su Individualidad Divina estaba Enoc, que el ritual de la ascensión tuvo lugar en uno de aquellos caminares con Dios. También puede tener lugar para cualquiera que acumule el impulso del fuego sagrado con cada paso, cada latido del corazón. Porque con cada inhalación del fuego sagrado desde el trono de Dios, uno puede acercarse un poquito más a la meta de la unión con él.
Enoc y los ángeles caídos
Existe cierta cantidad de escritos atribuidos a Enoc. El más conocido es el Libro de Enoc, cuyo tema principal es el juicio final de cierto grupo de ángeles caídos a quienes Enoc llamó los «Vigilantes» y su progenie. En uno de los primeros capítulos del libro, Enoc fue enviado a los Vigilantes para transmitir el mensaje de Dios de que no tendrían ni paz ni perdón por sus pecados contra él. Los Vigilantes, aterrorizados y temblorosos, pidieron a Enoc que suplicara a Dios por ellos, algo que Enoc hizo. Sin embargo, el juicio de Dios permaneció contra los Vigilantes: «Jamás ascenderéis al cielo». Enoc escribió este libro para darnos sabiduría, una advertencia y un aviso.
Podemos llamar al maestro ascendido Enoc para que juzgue a los ángeles caídos y los orígenes del mal. Enoc nos dice:
Amados míos, he suplicado al Padre poder hablaros desde mi corazón y en nombre de Saint Germain. Algunos de vosotros estuvisteis conmigo cuando fui Enoc. Algunos de vosotros visteis la Atlántida conmigo. Recordáis vívidamente las tentaciones de los ángeles caídos, que habían empezado hacía mucho, en Lemuria. Amados, sabéis que esos ángeles caídos han llevado a la humanidad en esta hora a las profundidades de una degradación que no se pensaba fuera posible.
Por tanto, ciertamente, todo lo que he escrito sobre el juicio de los Vigilantes ha de suceder. Que los que saben, los que están bien enseñados por los mensajeros, entiendan cómo dirigir el fuego sagrado y las legiones de Astrea hacia la Tierra para que arranquen las raíces de maldad y karma de estos caídos que son atados y eliminados, y después de fallecer, son retirados claramente del plano astral y del planeta[4].
La cercanía de Enoc a nosotros
El Señor Maitreya ha hablado de nuestra relación con Enoc:
El tesoro del libro y de los muchos libros escritos por vuestro padre Enoc todavía se conservan en el corazón de la Tierra. Enoc escribió trescientos sesenta y seis libros cuando fue llevado a las alturas en presencia de Dios.[5] Pero después de esto, llegó el diluvio y nadie ha encontrado aún estos libros perdidos de Enoc. Sin embargo, fueron leídos por sus hijos antes de la llegada del diluvio.
Deseo que entendáis que todo el cielo se ha unido para conspirar con el fin de entregar la Palabra de Dios, la que Dios le dio a Enoc, a través de estos dos testigos. Esta enseñanza de Enoc fue liberada especialmente para vosotros, para todos los descendientes de la luz que vinieron a través de Adán y que reencarnaron nuevamente, para cada ángel encarnado que estuvo a cargo del rescate de los portadores de la luz. Y estas enseñanzas que ahora están publicadas en estas ediciones son el mensaje que Dios aseguró a Enoc antes de su ascensión al cielo.
Oro para que estudiéis el texto de los Secretos de Enoc y os deis cuenta de lo cerca que estáis de ese maestro ascendido[6] y de cuánto os ama como Padre y como figura paterna de su entorno, y cuán determinado es Él para promover vuestro llamado, vuestra misión y la propagación de la Palabra de estos libros y enseñanzas hasta que todos aquellos para quienes se hayan asegurado puedan tenerlos y tomar la decisión de ascender a Dios como él lo hizo.
Hay un gran fervor entre todos los ejércitos del SEÑOR, pero no hay mayor fervor que el fervor de vuestro Padre Enoc para entregaros los escritos que él mismo escribió en presencia de Dios como su mensajero. ¿Podéis ver cómo nacistéis para ser mensajeros de Shamballa, para transmitir una parte de esa Palabra, para vivirla, internalizarla, para ser como una luz pulsante en la Tierra? Recordad el llamado.[7]
Para más información
El Libro de Enoc y otros textos de Enoc, con comentarios de Elizabeth Clare Prophet, se encuentran en el libro Ángeles caídos y los orígenes del mal: por qué los Padres de la Iglesia suprimieron el Libro de Enoc y sus sorprendentes revelaciones.
Notas
Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 1, “Enoc”.
- ↑ Génesis 5:24.
- ↑ Enoc, “Transfigured by Christ’s Immortality (Transfigurado por la inmortalidad de Cristo)”, 17 de junio de 1962.
- ↑ Enoc, “The Walk with God (El caminar con Dios)”, 5 de abril de 1969.
- ↑ Enoc, “I Have Chosen to Walk the Earth... (He elegido caminar por la Tierra…)”, Perlas de Sabiduría, vol. 30, núm. 9, 1 de marzo de 1987.
- ↑ Véase "El libro de los secretos de Enoc" 23:1–3; 36; 47:1–4; 68:2, 3, en Elizabeth Clare Prophet, Ángeles Caídos y los Orígenes del Mal, pp. 431, 443, 450–51, 466.
- ↑ Para su meditación sobre el mensaje de Enoc: Rosario de Enoc album de audio MP3 (M10027), que incluye cada dictado por el maestro ascendido Enoc, el "Rosario de Enoc", lecturas de las obras de Enoc y sobre él, que incluyen El libro de los secretos de Enoc y una conferencia de Mark L. Prophet, "Los misterios de Enoc y el significado de convertirse en Arhat", y el CD de música "Enoc" (D99010).
- ↑ Señor Maitreya, "El libro viviente", Perlas de Sabiduría, vol. 59, núm. 5, 1 de marzo del 2016.