Lakshmi/es: Difference between revisions

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Al principio del año comercial en la India, los hindúes ofrecen oraciones especiales a Lakshmi para traer éxito a sus empeños. Ella es adorada en cada hogar en todas las ocasiones importantes. Pero Lakshmi tiene una importancia más profunda y esotérica al estar asociada con la inmortalidad y la esencia de la vida. En el folklore popular, ella fue creada cuando los dioses y los demonios batían un océano primordial de leche. Su meta era producir el elixir de la inmortalidad, pero junto con el elixir, también produjeron a la Diosa Lakshmi. Ella es considerada quien personifica el poder real y lo transmite a los reyes. Es representada con frecuencia con un loto y un elefante. El loto representa pureza y poder espiritual; el elefante, autoridad real. Lakshmi, por tanto, combina los poderes reales y sacerdotales.
Al principio del año comercial en la India, los hindúes ofrecen oraciones especiales a Lakshmi para traer éxito a sus empeños. Ella es adorada en cada hogar en todas las ocasiones importantes. Pero Lakshmi tiene una importancia más profunda y esotérica al estar asociada con la inmortalidad y la esencia de la vida. En el folklore popular, ella fue creada cuando los dioses y los demonios batían un océano primordial de leche. Su meta era producir el elixir de la inmortalidad, pero junto con el elixir, también produjeron a la Diosa Lakshmi. Ella es considerada quien personifica el poder real y lo transmite a los reyes. Es representada con frecuencia con un loto y un elefante. El loto representa pureza y poder espiritual; el elefante, autoridad real. Lakshmi, por tanto, combina los poderes reales y sacerdotales.


La Diosa Lakshmi es una encarnación de la Madre Divina. En su papel de consorte de Vishnú, la Segunda Persona de la Trinidad, forma parte de la ceremonia del matrimonio de nuestra alma con nuestro Santo Ser Crístico. Cuando desposamos y nos unimos a ese Ser Crístico, llegamos a la realeza, en el sentido religioso de la palabra. Cada uno de nosotros puede recibir esta iniciación «real» cuando se haya ganado la gracia de la generosa Lakshmi. Ella nos devuelve a nuestro estado original de unidad con Dios.
La Diosa Lakshmi es una encarnación de la Madre Divina. En su papel de consorte de Vishnú, la Segunda Persona de la Trinidad, forma parte de la ceremonia del matrimonio de nuestra alma con nuestro [[Special:MyLanguage/Holy Christ Self|Santo Ser Crístico]]. Cuando desposamos y nos unimos a ese Ser Crístico, llegamos a la realeza, en el sentido religioso de la palabra. Cada uno de nosotros puede recibir esta iniciación «real» cuando se haya ganado la gracia de la generosa Lakshmi. Ella nos devuelve a nuestro estado original de unidad con Dios.


En un texto tántrico, Lakshmi dice de sí misma lo siguiente: «Como la grasa que mantiene ardiendo la lámpara, yo lubrico los sentidos de los seres vivos con mi savia de conciencia»<ref>David Kinsley, ''The Goddesses’ Mirror: Visions of the Divine from East and West (El espejo de las diosas: visiones de lo Divino de Oriente y Occidente)'' (Albany N.Y.: University of New York Press, 1989), pág. 66.</ref>. Lakshmi nos otorga el néctar de la conciencia Divina cuando conseguimos su aceptación. Vishnú es la luz Crística y Lakshmi es la otorgadora de esa luz. Las riquezas que ella trae son riquezas espirituales y la admisión al reino de los cielos.
En un texto tántrico, Lakshmi dice de sí misma lo siguiente: «Como la grasa que mantiene ardiendo la lámpara, yo lubrico los sentidos de los seres vivos con mi savia de conciencia»<ref>David Kinsley, ''The Goddesses’ Mirror: Visions of the Divine from East and West (El espejo de las diosas: visiones de lo Divino de Oriente y Occidente)'' (Albany N.Y.: University of New York Press, 1989), pág. 66.</ref>. Lakshmi nos otorga el néctar de la conciencia Divina cuando conseguimos su aceptación. Vishnú es la luz Crística y Lakshmi es la otorgadora de esa luz. Las riquezas que ella trae son riquezas espirituales y la admisión al reino de los cielos.

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El Madre Divina en su manifestación como Lakshmi es la shakti de Vishnú. Lakshmi es conocida en textos orientales primitivos como Sri, que significa «esplendor», «belleza», «prosperidad», «riqueza».

Vishnú ocupa el cargo de Conservador en la Trinidad hindú. El Conservador es paralelo al principio del Hijo en la Trinidad occidental. Como Hijo, Vishnú encarna la sabiduría del Cristo Cósmico. También es el mediador, o puente, entre la conciencia humana y Brahmán, la Realidad Absoluta.

Según las enseñanzas del hinduismo, Vishnú encarnó nueve veces, las más notables como Rama y como Krishna. Lakshmi asumió forma humana para prestar servicio con su consorte en cada una de sus encarnaciones. Entre las encarnaciones de Lakshmi están las de Sita, la fiel esposa de Rama; la pastora de vacas Radha, amada de Krishna; y Rukmini, la princesa a quien Krishna desposa más tarde.

Como Conservador, Vishnú conserva el diseño divino concebido en la llama de la Sabiduría. Él restaura el universo mediante la luz que todo lo cura de la Sabiduría. Lakshmi comparte su papel de Conservador. Su sabiduría se revela en bendiciones de prosperidad y la precipitación de la vida abundante. Lleva la cornucopia de la buena fortuna mediante la «magia del ojo», la magia del ojo del Ojo Omnividente de su amado. Lakshmi encarna la compasión divina e intercede por nosotros ante su consorte. ¡Es la mediadora del Mediador!

Lakshmi es descrita como un ser «radiante como el oro» e «ilustre como la Luna». También se dice que ella «brilla como el Sol» y que «es reluciente como el fuego». Lakshmi enseña la multiplicidad y la belleza, y es llamada «La de los cientos de miles». Cualquier matriz que tenga en su mano, cualquier cosa que tengamos en nuestro corazón, Lakshmi la puede multiplicar millones de veces, pues una idea se puede reproducir infinitamente. Lakshmi también nos enseña la maestría de los ciclos kármicos en el reloj cósmico.

Al principio del año comercial en la India, los hindúes ofrecen oraciones especiales a Lakshmi para traer éxito a sus empeños. Ella es adorada en cada hogar en todas las ocasiones importantes. Pero Lakshmi tiene una importancia más profunda y esotérica al estar asociada con la inmortalidad y la esencia de la vida. En el folklore popular, ella fue creada cuando los dioses y los demonios batían un océano primordial de leche. Su meta era producir el elixir de la inmortalidad, pero junto con el elixir, también produjeron a la Diosa Lakshmi. Ella es considerada quien personifica el poder real y lo transmite a los reyes. Es representada con frecuencia con un loto y un elefante. El loto representa pureza y poder espiritual; el elefante, autoridad real. Lakshmi, por tanto, combina los poderes reales y sacerdotales.

La Diosa Lakshmi es una encarnación de la Madre Divina. En su papel de consorte de Vishnú, la Segunda Persona de la Trinidad, forma parte de la ceremonia del matrimonio de nuestra alma con nuestro Santo Ser Crístico. Cuando desposamos y nos unimos a ese Ser Crístico, llegamos a la realeza, en el sentido religioso de la palabra. Cada uno de nosotros puede recibir esta iniciación «real» cuando se haya ganado la gracia de la generosa Lakshmi. Ella nos devuelve a nuestro estado original de unidad con Dios.

En un texto tántrico, Lakshmi dice de sí misma lo siguiente: «Como la grasa que mantiene ardiendo la lámpara, yo lubrico los sentidos de los seres vivos con mi savia de conciencia»[1]. Lakshmi nos otorga el néctar de la conciencia Divina cuando conseguimos su aceptación. Vishnú es la luz Crística y Lakshmi es la otorgadora de esa luz. Las riquezas que ella trae son riquezas espirituales y la admisión al reino de los cielos.

La sílaba semilla, o bija, de Lakshmi es Srim. Su mantra Om Srim Lakshmye Namaha.

Véase también

Vishnu

Notas

Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 1, “Lakshmi”.

  1. David Kinsley, The Goddesses’ Mirror: Visions of the Divine from East and West (El espejo de las diosas: visiones de lo Divino de Oriente y Occidente) (Albany N.Y.: University of New York Press, 1989), pág. 66.