Gautama Buddha/es: Difference between revisions

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Durante un total de cuarenta y nueve días permaneció en profundo éxtasis, tras lo cual volvió su atención de nuevo al mundo. Encontró a Mara esperándole con una última tentación: «¿Cómo puede ponerse en palabras tu experiencia? Regresa al nirvana. No intentes entregar tu mensaje al mundo, porque nadie lo entenderá. ¡Sigue en la dicha!». Pero Buda contestó: «Los habrá que entenderán», y Mara se desvaneció de su vida para siempre.  
Durante un total de cuarenta y nueve días permaneció en profundo éxtasis, tras lo cual volvió su atención de nuevo al mundo. Encontró a Mara esperándole con una última tentación: «¿Cómo puede ponerse en palabras tu experiencia? Regresa al nirvana. No intentes entregar tu mensaje al mundo, porque nadie lo entenderá. ¡Sigue en la dicha!». Pero Buda contestó: «Los habrá que entenderán», y Mara se desvaneció de su vida para siempre.  


== Teaching ==
== Enseñanza ==





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El Gautama Buda, el “Ser Compasivo", sostiene el cargo del Señor del Mundo (al que el Apocalipsis 11:4 se refiere como "Dios de la tierra"), jerarca del retiro etérico en Shambala (ubicado sobre el desierto de Gobi), donde sostiene la llama trina de la vida para las evoluciones de la Tierra. Gautama (quien estuvo encarnado como Siddartha Gautama hacia 563 A. C.), es el gran maestro de la iluminación mediante la maestría del alma de las Diez Perfecciones, las Cuatro Verdades Nobles, y el Sendero Óctuple, y patrocinador de Summit University y de la misión de la Madre de la Llama para portar la antorcha de la iluminación para esta era.

Gautama vino en una hora en que el hinduismo estaba en el peor estado de decadencia. El sacerdocio estaba envuelto en favoritismo y guardaba los grandes secretos, los verdaderos misterios de Dios, del pueblo, manteniendo así a las masas en la ignorancia. El sistema de castas se había convertido en un medio de encarcelamiento del alma en lugar de un medio de liberación a través del dharma. Nacido como el Príncipe Siddhartha, dejó el palacio, el poder, esposa e hijo para obtener esa iluminación mediante la cual podía devolver a la gente lo que los intrusos les habían quitado.

Vida temprana

Gautama Buda, nació en el norte de la India. Fue el hijo del rey Suddhodana y la reina Mahamaya, gobernantes del reino de Sakya, y por tanto miembro de la casta Kshatriya (guerrera o gobernante).

Los antiguos textos Pali y escrituras budistas registran que antes de su nacimiento, su madre, Mahamaya, soñaba que un hermoso elefante blanco plateado entraba en su útero por su costado. Los brahmanes, fueron llamados a interpretar el sueño, predijeron el nacimiento de un hijo que podría convertirse en un monarca universal o en un buda.

Durante los últimos días de su embarazo, la reina comenzó un viaje a Devadaha para visitar a sus padres, como era la costumbre en la India. En el camino, se detuvo con sus asistentes en el parque Lumbini y buscó una rama floreciente de un árbol de sal. Allí, debajo del árbol floreciente, Buda nació el día de luna llena del mes de mayo.

Al quinto día después de nacer, ciento ocho brahmanes fueron invitados a una ceremonia de otorgamiento de nombre en el palacio. El rey convocó a ocho de los más cultos de entre ellos para que «leyeran » el destino del niño, interpretando sus marcas corporales y características físicas.

Siete de ellos estuvieron de acuerdo en que si permanecía en el hogar, llegaría a ser un rey universal, unificando a la India, pero si se marchaba, se convertiría en el Buda y eliminaría el velo de ignorancia del mundo. Kondañña, el octavo y más joven del grupo, declaró que con seguridad llegaría a ser un Buda, renunciando al mundo después de ver cuatro señales: un anciano, un enfermo, un muerto y un santo.

El niño recibió el nombre de Siddhartha, o «aquel cuya meta está realizada». Siete días después de nacer, su madre falleció y él fue criado por su hermana Mahaprajapati, que después se convirtió en una de sus primeras discípulas femeninas.

El rey, preocupado por la posibilidad de perder a su heredero, tomó todas las precauciones posibles para proteger a su hijo del dolor y el sufrimiento, rodeándole de todos los lujos concebibles, incluyendo tres palacios y cuarenta mil bailarinas.

En el Anguttara Nikāya (un texto canónico), Gautama describe su educación en sus propias palabras:

"Se me cuido con mucha ternura,...de modo supremo. En el palacio de mi padre, se construyeron piscinas de loto, para mí, en un lugar para flores de loto azules, en otro para flores de loto blancas y en el de más allá para flores de loto rojas, florecidas para mí....Una sombrilla blanca era sostenida sobre mi cabeza día y noche para no tener ningún problema ni con el frío, ni con el calor, ni con el polvo, pajas o rocío. Yo vivía en tres palacios,...en el uno durante el frío, en el otro durante el verano y en el tercero durante la estación lluviosa. Mientras estaba en el palacio de la estación lluviosa, estaba rodeado de músicos, cantantes y bailarinas y por cuatro meses no salía del palacio....[1]

A los dieciséis años de edad, después de demostrar su destreza en una competición de armas, el príncipe Siddhartha se casó con su hermosa prima Yasodhara. Pronto se volvió pensativo y preocupado, pero el momento decisivo de su vida no le llegó hasta la edad de veintinueve años, cuando emprendió cuatro viajes, los cuales, a su vez, presentaron las cuatro visiones pasajeras.

Primero se encontró con un hombre muy viejo, canoso y decrépito, apoyado en un bastón; segundo, un hombre en estado lastimoso atormentado con enfermedades, tumbado en el camino; tercero, un cadáver; y cuarto, un monje vestido de amarillo con la cabeza afeitada y un cuenco de mendigo. Muy emocionado por la compasión de las tres primeras visiones, comprendió que la vida estaba sujeta a la vejez, la enfermedad y la muerte. La cuarta visión significó para él la posibilidad de superar esas condiciones y le inspiró a abandonar el mundo que conocía con el fin de hallar una solución al sufrimiento.

La renuncia de Buda, Nicholas Chevalier (1884)

Ascetismo

De vuelta al palacio, recibió la noticia del nacimiento de su hijo, a quien llamó Rahula, u «obstáculo». Esa noche ordenó a su auriga que ensillara a su caballo favorito, Kanthaka. Antes de abandonar la ciudad, fue a la habitación para echar un vistazo de despedida a su esposa e hijo dormidos. Cabalgó toda la noche y al amanecer asumió la apariencia de un asceta, intercambiando vestiduras con su auriga, a quien envió al palacio de su padre.

Así, Gautama comenzó la vida de monje ambulante. Inmediatamente fue a la búsqueda de los mejores instructores del momento para que le instruyeran en la verdad, llegando a dominar con rapidez todo lo que le enseñaron. Insatisfecho e inquieto, decidió encontrar una verdad permanente, inmune a las ilusiones del mundo.

Al viajar por la tierra de Magadha, fue observado por su bella apariencia y su noble estatura. Llegó a la aldea llamada Senanigama, cerca de Uruvela, donde se le unió un grupo de cinco ascetas, entre los cuales estaba Kondañña, el brahmán que había predicho que llegaría a ser un Buda.

Desde entonces, durante casi seis años, Gautama practicó severas austeridades, que se registran en sus propias palabras en el Majjhima Nikāya:

Debido a tan mala alimentación, todas mis extremidades se hicieron como enredaderas marchitas con articulaciones anudadas;... las pupilas de mis ojos se veían hundidas en sus órbitas así como el agua que parece brillar en el fondo de un pozo profundo;... la piel de mi abdomen se adhirió a mi columna vertebral...[2]

Como consecuencia de estas severas mortificaciones corporales, Gautama se debilitó tanto que una vez se desmayó y se creyó que estaba muerto. Algunos relatos describen cómo fue encontrado colapsado por un pastorcillo que lo restauró con gotas de leche tibia. Otros dicen que fueron los devas, o dioses, quienes lo revivieron. Al darse cuenta de la futilidad del ascetismo, Gautama abandonó sus austeridades para buscar su propio sendero a la iluminación, con lo cual sus cinco compañeros lo rechazaron y lo abandonaron.

El árbol de Bo

El templo Mahabodhi en Bodhgaya, India. El árbol bajo el cual el Buda alcanzó la iluminación está a la izquierda.

Un día, Sujata, la hija de un aldeano, le alimentó con leche de arroz sustanciosa: una «comida tan maravillosa… que nuestro Señor sintió volver la fuerza y la vida como si las noches vigilando y los días ayunando hubieran pasado en sueño»[3]. Y entonces, solo, se puso rumbo al árbol Bo (abreviatura de bodhi, o iluminación) en un lugar ahora llamado Buddh Gaya, o Bodh Gaya, donde prometió permanecer hasta estar totalmente iluminado. Por lo tanto, se ha conocido como el Punto Inmóvil.

En ese punto, Mara, el Malvado, intentó impedir su iluminación y se enfrentó a él con tentaciones de forma muy parecida a aquella con la que Satanás tentó a Jesús durante su ayuno en el desierto.

El Dhammapada registra las palabras de Mara, mientras atacaba a Gautama: "Hombre delgado, afligido y desfavorecido, ¡Vive! La muerte es tu vecina. La muerte tiene mil manos, tú solo tienes dos. ¡Vive! Vive y haz el bien, vive en santidad y prueba la recompensa. ¿Por qué luchas? Es difícil luchar, es difícil luchar todo el tiempo".

Impasible, se quedó sentado bajo el árbol Bo mientras Mara continuaba con su ataque; primero en forma de deseo, haciendo desfilar diosas voluptuosas y muchachas danzantes ante él, luego en forma de muerte, asaltándole con huracanes, lluvias torrenciales, piedras ardientes, barro hirviendo, fieros soldados y bestias; y, finalmente, la oscuridad. Empero, Gautama permaneció impasible.

Como último recurso, la tentadora desafió su derecho de hacer lo que estaba haciendo. Siddhartha entonces golpeó ligeramente la tierra,[4] y la tierra hizo tronar su respuesta: «¡Soy testigo!». Todas las huestes del Señor y los seres elementales respondieron y aclamaron su derecho de buscar la iluminación del Buda, con lo cual Mara huyó.

Habiendo derrotado a Mara, Gautama pasó el resto de la noche en meditación profunda bajo el árbol, recordando sus encarnaciones anteriores, logrando el «ojo divino sobrehumano» (la capacidad de ver el fallecimiento y el renacimiento de los seres), y comprendiendo las Cuatro Nobles Verdades. En sus propias palabras grabadas: «La ignorancia se disipó, surgió el conocimiento. La oscuridad se disipó, surgió la luz».[5]

Así alcanzó la Iluminación, o el Despertar, durante la noche de luna llena del mes de mayo, aproximadamente en el año 528 a.C. Su ser fue transformado, y se convirtió en el Buda.

El evento era de relevancia cósmica. Todas las cosas creadas llenaron el aire de la mañana con sus alegrías y la tierra tembló seis veces de admiración. Diez mil galaxias se estremecieron con asombro cuando los lotos florecieron en cada árbol, convirtiendo el universo entero en "un ramo de flores enviadas en giros por el aire".[6]

Durante un total de cuarenta y nueve días permaneció en profundo éxtasis, tras lo cual volvió su atención de nuevo al mundo. Encontró a Mara esperándole con una última tentación: «¿Cómo puede ponerse en palabras tu experiencia? Regresa al nirvana. No intentes entregar tu mensaje al mundo, porque nadie lo entenderá. ¡Sigue en la dicha!». Pero Buda contestó: «Los habrá que entenderán», y Mara se desvaneció de su vida para siempre.

Enseñanza

Sarnath, India, the stupa marking the site where Gautama preached his first sermon

Contemplating whom he should first teach, he decided to return to the five ascetics who had left him. He began a journey of over one hundred miles to Benares and delivered to his old companions his first sermon, known as the Dhammacakkappavattana-sutta, or “Setting in Motion the Wheel of Truth.”

At the end of the sermon, in which he revealed the key discovery of his quest—the Four Noble Truths, the Eightfold Path, and the Middle Way—he accepted the five monks as the first members of his order. Kondañña was the first to grasp the teaching.

Durante cuarenta y cinco años, Gautama recorrió los caminos polvorientos de la India, predicando el Dharma (Doctrina universal), que condujo a la fundación del budismo. Estableció la Sangha (comunidad) que pronto contó con mil doscientos devotos, eventualmente incluyendo a toda su familia: su padre, tía, esposa e hijo. Cuando la gente le preguntaba sobre su identidad, él respondía: «Estoy despierto»; por tanto, el Buda significa «Ser Iluminado» o «Ser Despierto».

Passing

At the age of eighty, Gautama became seriously ill and almost died, but revived himself, thinking it was not right to die without preparing his disciples. By sheer determination, he recovered and instructed Ananda, his cousin and close disciple, that the order should live by making themselves an island—by becoming their own refuge and making the Dhamma their island, their refuge forever.

After announcing that he would die in three months, he traveled through several villages and then stayed with Cunda, the goldsmith, one of his devoted followers. According to generally accepted tradition, Cunda invited Gautama to partake of sukara-maddava—a dish he had prepared unknowingly with poisoned mushrooms. After the meal, Gautama became violently ill, but bore his pain without complaint.

His only concern was to console Cunda, who might feel responsible for his death. And thus, he compassionately asked Ananda to tell Cunda that of all the meals he had eaten, only two stood out as special blessings—one was the meal served by Sujata before his enlightenment, and the other was the food from Cunda which opened the gates to his transition.

Falleció durante la luna llena de mayo, hacia 483 a.C., después de aconsejar a su discípulo principal, Ananda, que el Dharma –la Verdad– debe ser su dueño, y de recordar a los monjes la transitoriedad de todas las cosas condicionadas.

Legacy

Following the passing of Gautama, Buddhism began to develop in two major directions, leading to the establishment of the Hinayana (“little vehicle”) and the Mahayana (“great vehicle”) schools of Buddhism, from which many further subgroups evolved.

Adherents of the Hinayana school believe their teachings represent the original Buddhist doctrine taught by Gautama, and therefore refer to their path as the Theravada, or “Way of the Elders.”

The traditional Theravadin outlook centers around the monastic way of life and emphasizes the necessity for self-sacrifice and individual enlightenment in order to help others. Their goal is to become an arhat—perfected disciple—and enter Nirvana.

The Mahayanists, who believe that the Theravadins’ strict observance of precepts departs from the true spirit of the Buddha, concentrate more on emulating the Buddha’s life, stressing good works and compassion toward others in the process of gaining enlightenment. The Theravadins, however, claim that the Mahayanists have polluted the pure stream of Gautama’s teaching by incorporating more liberal doctrines and interpretations.

The Mahayanists consider their school to be the “greater vehicle,” as it provides more for the layman. Their ideal is to become a bodhisattva—one who attains Nirvana but voluntarily returns to the world to assist others in obtaining the same goal.

El trabajo de Gautama hoy

Gautama Buddha was the first initiate to serve under Sanat Kumara, hence the one chosen to succeed him in the office of Lord of the World. On January 1, 1956, Sanat Kumara placed his mantle on Lord Gautama, whereupon the Chela par excellence of the Great Guru also became the hierarch of Shamballa.

Gautama Buda ocupa hoy día el cargo de Señor del Mundo (al que el Apocalipsis 11:4 se refiere como «Dios de la tierra»). En los niveles internos, él sostiene la llama trina de la vida, la chispa divina, por todos los hijos de Dios en la Tierra.

Hablando del gran servicio que presta el Señor Gautama hacia la vida entera en su cargo como Señor del Mundo, Maitreya dijo el 1 de enero de 1986:

El Señor del Mundo sostiene la llama trina en las evoluciones de la Tierra con una filigrana de luz que se extiende desde su corazón. Esto, pues, es la circunvalación del karma individual, que causa tanta negrura alrededor del corazón que las arterias espirituales o el cordón cristalino se han separado.

La comparación con esto se puede ver cuando las arterias del cuerpo físico se atoran tanto con suciedad que la zona del flujo sanguíneo disminuye grandemente, hasta que produce una insuficiencia y el corazón ya no puede sostener la vida. Esto es comparable a lo que ocurre en el plano astral.

Así, Sanat Kumara vino a la Tierra para guardar la llama de la vida. Igualmente Gautama Buda guarda esta llama trina en Shambala, y él forma parte de todo corazón vivo. Por tanto, al acercarse el discípulo al Sendero, entiende que la meta de éste es llegar al punto en el que la llama trina está lo suficientemente desarrollada aquí abajo, en su propio corazón, que con o sin el hilo de filigrana desde el corazón de Gautama Buda es capaz de sostener la vida y el alma y la conciencia y el sendero iniciático.

Amados, este paso es, en sí, un logro que pocos en este planeta han conseguido. No tenéis idea de cómo os sentirías, estaríais u os comportaríais si Gautama Buda os retirara ese apoyo del hilo de filigrana y el impulso acumulado de su propio latido del corazón y la llama trina. La mayoría de la gente, especialmente los jóvenes, no toman en consideración cuál es la fuente de la vida que experimentan con exuberancia y alegría.

De este regalo el propio Gautama dijo lo siguiente, el 31 de diciembre de 1983:

Soy muy observador. Os observo gracias al contacto de mi llama por el contacto del hilo que mantengo con la llama trina de vuestro corazón, sosteniéndola hasta que paséis del chakra de la sede del alma al mismísimo corazón de corazones [la cámara secreta del corazón], y vosotros mismos seáis capaces por logro de sostener esa llama y su arder en esta octava.

¿Hay alguien aquí que recuerde encender su propia llama trina al nacer? ¿Ha recordado alguien alguna vez cuidar de su fuego o mantenerlo ardiendo? Amados corazones, reconoced que los actos de amor, valor, honor y abnegación ciertamente contribuyen a esta llama. Pero un poder superior y una Fuente superior guarda esa llama hasta que vosotros mismos estéis unidos a ese poder superior, vuestro Santo Ser Crístico.

Por tanto, todos reciben el impulso de mi llama del corazón e ímpetu. Y al pasar esa luz por mí desde la Divinidad, percibo por tanto muchas cosas de vosotros y de vuestra vida diaria que podríais pensar no se pueden mencionar a un Señor del Mundo, ni él podría notarlas, pues debe estar muy ocupado.

¡Bien, pues lo estoy! Pero nunca estoy demasiado atareado para no notar los elementos del Sendero presentados por padres, familias, comunidades y en las escuelas de la vida de todas partes. Porque me interesa procurar que algún elemento del sendero de iniciación, en dirección al corazón de Jesús y de Maitreya, sea parte de la vida de todos los niños que están creciendo.

Retiros

Artículo principal: Shambala

Artículo principal: Shambala Occidental

Gautama Buda es el patrocinador de Summit University y el jerarca de Shambala, el retiro etérico del Señor del Mundo ubicado sobre el desierto de Gobi.

En 1981 Gautama estableció una extensión de este retiro, llamado Shambala Occidental, en la octava etérica sobre el Corazón del Retiro Interno en el Rancho Royal Teton.

La nota clave de Gautama Buda es «Moonlight and Roses». La «Oda a la alegría» de la novena sinfonía de Beethoven también nos da una sintonización directa con el Señor del Mundo.

Véase también

Tathagata

Notas

Perlas de Sabiduría, vol. 26, núm. 4, 23 de enero de 1983.

Perlas de Sabiduría, vol. 32, núm. 30, 23 de julio de 1989.

Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 1, “Gautama Buda”.

Elizabeth Clare Prophet, Inner Perspectives.

  1. Helena Roerich, "Fundamentos del budismo" (New York: Sociedad Agni Yoga, 1971), p. 7.
  2. Enciclopedia Británica, 15a ed., S.v. "Buda".
  3. Edwin Arnold, The Light of Asia (La luz de Asia) (London: Kegan Paul, Trench, Trubner & Co., 1930), pág. 96.
  4. Con el «mudra de tocar la tierra», mano izquierda sobre el regazo con la palma hacia arriba, mano derecha con la palma hacia abajo tocando la tierra.
  5. Edward J. Thomas, The Life of Buddha as Legend and History (New York: Alfred A. Knopf, 1927), pp. 66-68, quoted in Clarence H. Hamilton, ed., Buddhism: A Religion of Infinite Compassion (New York: The Liberal Arts Press, 1952), pp. 22–23.
  6. Huston Smith, "The Religions of Man" (Las religiones del hombre) (Nueva York: Harper & Row, Harper Colophon Books, 1958), pág. 84.