Lakshmi
El Madre Divina en su manifestación como Lakshmi es la shakti de Vishnú. Lakshmi es conocida en textos orientales primitivos como Sri, que significa «esplendor», «belleza», «prosperidad», «riqueza».
Vishnú ocupa el cargo de Conservador en la Trinidad hindú. El Conservador es paralelo al principio del Hijo en la Trinidad occidental. Como Hijo, Vishnú encarna la sabiduría del Cristo Cósmico. También es el mediador, o puente, entre la conciencia humana y Brahmán, la Realidad Absoluta.
Según las enseñanzas del hinduismo, Vishnú encarnó nueve veces, las más notables como Rama y como Krishna. Lakshmi asumió forma humana para prestar servicio con su consorte en cada una de sus encarnaciones. Entre las encarnaciones de Lakshmi están las de Sita, la fiel esposa de Rama; la pastora de vacas Radha, amada de Krishna; y Rukmini, la princesa a quien Krishna desposa más tarde.
Como Conservador, Vishnú conserva el diseño divino concebido en la llama de la Sabiduría. Él restaura el universo mediante la luz que todo lo cura de la Sabiduría. Lakshmi comparte su papel de Conservador. Su sabiduría se revela en bendiciones de prosperidad y la precipitación de la vida abundante. Lleva la cornucopia de la buena fortuna mediante la «magia del ojo», la magia del ojo del Ojo Omnividente de su amado. Lakshmi encarna la compasión divina e intercede por nosotros ante su consorte. ¡Es la mediadora del Mediador!
Lakshmi es descrita como un ser «radiante como el oro» e «ilustre como la Luna». También se dice que ella «brilla como el Sol» y que «es reluciente como el fuego». Lakshmi enseña la multiplicidad y la belleza, y es llamada «La de los cientos de miles». Cualquier matriz que tenga en su mano, cualquier cosa que tengamos en nuestro corazón, Lakshmi la puede multiplicar millones de veces, pues una idea se puede reproducir infinitamente. Lakshmi también nos enseña la maestría de los ciclos kármicos en el reloj cósmico.
At the beginning of the commercial year in India, Hindus give special prayers to Lakshmi to bring success in their endeavors. She is worshiped in every home on every important occasion. But Lakshmi has a deeper, esoteric significance in that she is associated with immortality and the essence of life. In Hindu lore, she was created when the gods and demons churned a primordial ocean of milk. Their goal was to produce the elixir of immortality. Along with the elixir, they also produced the Goddess Lakshmi. Lakshmi is seen as the one who personifies royal power and conveys it upon kings. She is often depicted with a lotus and an elephant. The lotus represents purity and spiritual power; the elephant, royal authority. Lakshmi, therefore, combines royal and priestly powers.
The Goddess Lakshmi is an embodiment of the Divine Mother. In her role as consort of Vishnu, the Second Person of the Trinity, she is very much a part of the ceremony of the marriage of your soul to your Holy Christ Self. When you are wed and bonded to that Christ Self, you become royal, in the godly sense of the word. Each one of us can receive this “royal” initiation when we have earned the grace of the bountiful Lakshmi. She restores us to our original estate of oneness with God.
In one Tantric text, Lakshmi says of herself: “Like the fat that keeps a lamp burning, I lubricate the senses of living beings with my own sap of consciousness.”[1] Lakshmi bestows upon us the nectar of God consciousness when we gain her favor. Vishnu is the Christ light, and Lakshmi is the bestower of that light. The riches she brings are spiritual riches and admission to the kingdom of heaven.
Lakshmi’s seed syllable, or bija, is Srim. Her mantra is Om Srim Lakshmye Namaha.
See also
Sources
Mark L. Prophet and Elizabeth Clare Prophet, The Masters and Their Retreats, s.v. “Lakshmi.”
- ↑ David Kinsley, The Goddesses’ Mirror: Visions of the Divine from East and West (Albany N.Y.: University of New York Press, 1989), p. 66.