Gobierno Divino

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Los concilios de la Gran Hermandad Blanca consideran que su mayor preocupación es establecer un gobierno Divino en la Tierra. Para los gobiernos de las naciones donde reflejen la ley maestra ascendida, la Regla de Oro y los preceptos de la divina hermandad, pues ahí el individuo puede desarrollar la llama del Cristo y ser uno con su divinidad. Cuando los gobiernos son injustos, la imagen del mándala (el plan divino del modelo jerárquico) no puede ser plasmado en la sociedad.

El gobierno en las eras doradas

En los días de las tres primeras razas raíz, los Manús eran los gobernantes, y son aquellos que fueron nombrados para sostener el cargo durante su reinado que se ganaron el derecho de representar a la gente porque primero habían representado a la luz al pasar por iniciaciones y demostrar su automaestría sobre las fuerzas cósmicas. Mientras los miembros de la Jerarquía estuvieran en posiciones de gobierno, la Tierra prosperaría.

El derecho divino de los reyes, una doctrina que persistió hasta el siglo dieciocho, vino a nosotros como una tradición de la era de oro cuando los Hijos de Dios fueron investidos con la autoridad de gobernar y cumplieron el ideal de Platón, el rey filósofo. Pero a medida que las dinastías fueron infiltradas con elementos de corrupción y el flujo ya no era puro, los gobernantes perdieron el contacto con la Fuente Divina, y se convirtieron en otros hombres. Las injusticias se volvieron tan grandes que la gente desafió el derecho divino de sucesión.

Democracia

A partir del siglo XIX, la Hermandad respaldó la democracia como el medio por el cual cada hombre debería convertirse en rey y sacerdote para Dios, desarrollar su potencial Crístico y ser considerado digno de gobernarse a sí mismo.

Con la llegada de la educación masiva y el aumento del nivel de conciencia de las personas, los maestros han sido capaces de allanar el camino para una era de iluminación en la que las personas no solo entiendan la Ley sino que contemplen del carácter de Cristo en sus representantes electos. De esta manera, podrían regresar al sistema de gobierno respaldado al principio, y aquellos que se habían ganado el derecho a gobernar mediante una iniciación serían elegidos para el cargo bajo la guía del Ser Cristo del electorado.

Las influencias de la oscuridad

Junto con el plan de la Hermandad de restituir a la humanidad a una era de oro, la falsa jerarquía, las fuerzas de oscuridad, se han movido para frustrar los planes de la Hermandad. Así, los manipuladores organizaron la Revolución Francesa y, a través de sus organizaciones secretas en Europa, socavaron el plan de Saint Germain para la unificación de ese continente.

Otra conspiración de los manipuladores es unir a las naciones prematuramente, antes de que hayan alcanzado individualmente la conciencia Crística. La renuncia a la soberanía individual de las naciones a un cuerpo mundial que no está controlado por la Gran Hermandad Blanca ni por sus representantes designados solo puede conducir a un despotismo luciferino que privará a toda la humanidad de la oportunidad de regresar a la Divinidad.

Si este planeta va a ser preservado para una civilización de la Era de Oro, las naciones que se dedican a la ascensión individual de cada hombre, mujer y niño en la Tierra no deben permitir que sus energías se agoten por asociarse con aquellos que no están dedicados al Cristo. Solo cuando todas las naciones sean llevadas al nivel de la conciencia del Cristo puede darse la unión.

Los planes de la Hermandad

Chananda, el jefe del Consejo Indio de la Gran Hermandad Blanca, explica:

El plan Divino perfecto para todo el mundo debe manifestarse. Pero esto requiere suficientes personas ubicadas en altos puestos en los gobiernos de las naciones del mundo que tengan la visión y el conocimiento legislativo para evitar la agitación y la oposición constante de las masas ignorantes a la planeación a largo plazo para la evolución de la justicia social. Estos claman en voz alta para garantizar la perpetuación de las ventajas personales y privadas para unos pocos, sobre de los derechos de los muchos.

El karma, juega también una parte en los asuntos del gobierno. Sin embargo los Señores del Karma han asegurado al Señor del Mundo, el amado Gautama, que cuando los gobiernos del mundo estén listos, por la cooperación de sus respectivos líderes, y cuando acepten el plan divino para la Tierra y sus evoluciones, se otorgará una dispensación que pondrá entonces el karma masivo de toda la tierra bajo una forma especial de control cósmico.

Bajo este sistema, todas las corrientes de vida podrán entrar por la noche en los cuerpos del alma y entre encarnaciones a algún tipo de entrenamiento del templo. Por lo tanto, después de pasar de la pantalla de la vida de la encarnación física, la mayor parte del karma que ahora los representa individualmente puede equilibrarse a niveles internos en lugar de a través del esfuerzo y el sufrimiento, como es el caso en la actualidad.

Las ascensiones masivas también serán posibles, ya que una forma utópica de gobierno mundial eliminará automáticamente muchos de los riesgos actuales de la vida. La lucha por lograr un puesto, una posición, ventaja financiera, poder político y la búsqueda de uno mismo serán reemplazados por esa justicia divina que brinda, como realmente pretende la Constitución de los Estados Unidos de América, una verdadera igualdad de oportunidades para todos.

En esta verdadera comunidad del Espíritu, donde la dignidad individual es sostenida por la luz de su propia divinidad, las doctrinas comunistas y socialistas serán despojadas de su falsa apariencia y se revelarán, como en realidad son, métodos que fueron desarrollados humanamente como resultado de la rebeldía intelectual de sus fundadores contra su propio karma personal.

La comunidad espiritual del iluminado expondrá la verdadera democracia de la nueva república en la que la nobleza de la vida en su expresión de lo que Dios ha pretendido es el galardón aceptable para él. Nadie esperará recibir honores o derechos que no merece. Tampoco nadie le negará a los demás su justa oportunidad de expandir su comprensión, probar su espiritualidad o disfrutar la vida, la libertad y la verdadera felicidad al máximo... La Gran Hermandad Blanca se dedica al logro completo de estos objetivos.

El llamado para servir en el gobierno

Que ningún hombre piense que los elegidos espiritualmente no son necesarios en los asuntos políticos de las naciones, pues el llamado para manifestar el gobierno Divino en la Tierra es el primer llamado de los hijos-siervos de Dios. Es hora de que salgan los hijos de la luz a tomar su lugar en los llamados asuntos mundanos del mundo. Porque la Gran Hermandad Blanca enseña que cada acto que se hace en el nombre de Dios es sagrado, y en la medida en que lo hemos hecho al menor de nuestros hermanos, se lo hemos hecho al Cristo. El servicio público en su nombre es uno de los llamados más grandes sobre la Tierra en esta hora de crisis mundial.

Véase también

Gobierno mundial

Notas

Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, The Path to Attainment (El sendero hacia el logro), págs. 295–300, 310–11.