Siete santos Kumaras
Los siete santos Kumaras son siete grandes seres que mantienen el foco de los siete Elohim en el planeta Venus. Sanat Kumara es uno de los siete santos Kumaras. Su puesto entre ellos está en el tercer rayo y él trae el don del amor y el de la llama trina.
Hindu tradition describes the Kumaras as the seven (sometimes four) mind-born sons of Brahma who forever retain their youthful purity and innocence and are called the “eternal youths” or “princes.” Sanat Kumara is said to be the most prominent of the Kumaras.
Their home on Venus
Venus es el planeta del tercer rayo de este sistema solar y es conocido como la plataforma de preparación para los avatares que han sido enviados no sólo a la Tierra, sino a otros cuerpos planetarios en los que se han infiltrado los Luciferinos. Este es el hogar de Jesucristo, Gautama Buda, el Señor Maitreya, Juan el Bautista, Enoc y toda la jerarquía de los avatares del brahmanismo, el hinduismo, de Lemuria y anteriores a Lemuria. Todos ellos han pasado por las grandes escuelas de misterios de Venus y por los salones y templos de los siete santos Kumaras.
Cada uno de los siete santos Kumaras tiene su templo individual en Venus y cada uno de estos templos está dedicado a las iniciaciones de la llama de la Madre en uno de los siete rayos. Las iniciaciones de la llama de la Madre conllevan siempre la aplicación práctica en la Materia de las iniciaciones de la Trinidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Si los siete santos Kumaras no hubieran conservado su conciencia Divina y su pureza absoluta, si no hubieran mantenido a Venus como un campo energético de amor, si no hubieran conservado este campo energético como el chakra del corazón real de este sistema solar, el resto de las evoluciones de los planetas no habrían tenido la oportunidad de redimirse, y Sanat Kumara no habría recibido la concesión de venir al planeta Tierra.
Dispensations from the seven holy Kumaras
Los siete santos Kumaras han entregado un número específico de dispensaciones
para la elevación de la luz en la Tierra. En 1975 vinieron para
entregar a los portadores de luz del mundo «un incremento de luz que es la
semilla de Alfa, de iluminación cósmica, para elevar los fuegos de la conciencia
y aumentar la penetración del Ser Infinito». Se trataba de un incremento
de luz «que se entregaba sólo una vez en diez mil años para la elevación
de la conciencia y para centrar esa conciencia en la coronilla»Cite error: Invalid <ref>
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En 1976 los siete santos Kumaras hablaron en Hawái de la elevación de la llama de la Madre de Lemuria. Esta llama estaba sobre el altar central y a su alrededor, en lo que se conoce como el anillo de fuego de las tierras que bordean el océano Pacífico actualmente, había doce templos, todos ellos dedicados a la luz de la Madre. Los doce templos tenían como fin las iniciaciones solares de las doce jerarquías. Cada uno tenía su tono y su llama.
Sanat Kumara dijo:
We come, then, for one purpose, and that purpose is to anchor certain fohatic keys in the form of electrodes for the spiraling, rising energies of the seven rays in seven aspects of the Mother flame. The raising of these energies is from the point where they descended on Terra. The point of the descent of Lemuria and of Mother light must also be the point of the rise of that Mother light.[1]
Sanat Kumara and the seven holy Kumaras spoke in 1992 in Atlanta, Georgia, of the great love and concern of the evolutions of Venus for mankind:
Blessed hearts, I want you to know that the evolutions of my home star, Venus (who inhabit a plane that is not physical according to the physical nature of earth), are one and all in rapt attention as I address you with the seven holy Kumaras. And there are giant screens throughout that planet upon which all can see the messenger and see your faces and see your auras.
And they send love, waves of billowing love in support of your sacred hearts, in support of the increase of holy love in your hearts, beloved—an entire planet of lifewaves watching now what shall become of earth and what shall become of their brothers and sisters and twin flames and souls so close to their hearts, those gathered here and those gathered in the cities and those not yet in this community of the Holy Spirit but moving toward the heart of the Buddha and the Christ and of Sanat Kumara.
Yes, beloved, feel this love, for this love is something truly beyond this world, which all who are one with you in this cause and purpose are determined to manifest here by sending their love and also by journeying in the etheric octave to take their stand at your side.
Blessed hearts, there is a response to your striving and to your giving of yourselves. There is a response from other systems. There is a response from the Violet Planet. There is a response from planets beyond this solar system, and then those that are light-years beyond even this galaxy.
There is a hush in the entire Matter cosmos as the decisions of individuals are making the difference as to whether or not the entire tide of darkness will be turned around in planet Earth. For this cause have we come.... Therefore, together in the living flame, we multiply all that you are by the power of the love of Lady Master Venus.[2]
See also
Sources
Mark L. Prophet and Elizabeth Clare Prophet, The Masters and Their Retreats, s.v. “Seven Holy Kumaras.”