Melquisedec
Melquisedec, sacerdote del Altísimo, es un antiguo miembro del sacerdocio del fuego sagrado que conocemos como la Orden de Melquisedec. El sacerdocio de Melquisedec es muy antiguo, cuyo origen se encuentra en otros sistemas estelares. Es el sacerdocio del séptimo rayo, que combina la religión perfecta con la ciencia perfecta. La exigencia para los sacerdotes de esta orden es que sean científicos y que perfeccionen el camino de la luz de Dios en sus templos.
El registro bíblico
Melquisedec aparece por primera vez en la Biblia como el sacerdote del Altísimo que se encontró y bendijo a Abraham, que regresaba de la matanza de los reyes, y a quien Abraham dio la décima parte del botín. Melquisedec sirvió a Abraham pan y vino, la primera constancia que tenemos en que se sirve la Sagrada Comunión. Melquisedec es una figura clave de luz, un Gurú de gurús. Era el iniciado y adepto más grande del Antiguo Testamento y ascendió al terminar esa encarnación.
En el capítulo 7 del libro de Hebreos leemos:
Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
En hebreo, el nombre Melquisedec significa «rey de lo justo». Por tanto, es un rey de justicia que multiplica la Ley de Dios con el uso o ejercicio correcto de la Ley. También significa rey por derecho, por logro. Melquisedec también tenía el título de Rey de Salem, que es Rey de Jerusalén, la Ciudad Santa. La palabra rey significa «clave para la encarnación de Dios», [rey en inglés es king: key (clave) para la incarnation (encarnación) de God (Dios)]. Por consiguiente, Melquisedec tiene, gracias a la vara de su autoridad y su logro, la clave para que encarnemos a Dios en la Ciudad Santa, en la Nueva Jerusalén.
El Señor Ling explica la descripción de Melquisedec como alguien sin padre ni madre:
Pero está escrito que a su debido tiempo, por el poder de la Palabra hablada desde el chakra de la garganta, las personas espirituales se pondrán una enfrente de la otra y, pronunciando las palabras sagradas, acelerarán con rayos luminosos, en el poder de la semilla, el uso adecuado de las energías sexuales (sagradas) y la acción del caduceo, y producirán una forma viva instantáneamente, en la gran luz cósmica, de la cual saldrá un hijo de Dios en manifestación radiante.
De esta manera nació Melquisedec, sin padre ni madre, sin genealogía, sin un principio de sus días ni un final. Vosotros decís: «Has dicho que nació sin padre ni madre y, sin embargo, has dicho que se pusieron cara a cara». Sí, es cierto. Pero los que se pusieron cara a cara eran como maestros de luz, un Hijo y una Hija de Dios, y él no tenía madre ni padre terrenal, pero no carecía de madre y padre celestial. Así, esta noche os he revelado uno de los secretos de la Orden de Melquisedec[1].
El orden de Melquisedec
El libro de Hebreos dice que Jesús fue «hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec».[2] Los registros akáshicos revelan que tanto Jesús como Saint Germain estudiaron en el retiro del Arcángel Zadquiel cuando estuvieron encarnados en la Atlántida. Ambos completaron sus iniciaciones y su preparación en la orden de Melquisedec antes del hundimiento del continente. Estuvieron ante Melquisedec y el gran Arcángel Zadquiel, quien dijo a estos dos benditos: «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec»[3]. Cuando se recibe esa preparación e iniciación, ello se transfiere a las vidas posteriores. Así, Jesús ya era un sacerdote de la Orden de Melquisedec antes de nacer en su última encarnación.
Uno de los símbolos de Melquisedec es la Cruz de Malta. Esta cruz está compuesta de cuatro «V» que se encuentran en el centro de la cruz, representando los cuatro planos de la Materia. Melquisedec enseña la maestría de estos cuatro planos y él se encuentra en el centro de la cruz, el punto donde se encuentran las líneas de fuerza del Espíritu y la Materia, Alfa y Omega.
El sacerdocio del maestro ascendido Melquisedec es del séptimo rayo y de la séptima era. Usted puede solicitar ser miembro de esa orden. El primer paso es invocar la llama violeta. También puede escribir una carta a Jesús, Melquisedec y el Arcángel Zadquiel pidiéndoles la preparación del Sacerdocio de la Orden de Melquisedec. Queme la carta, y los ángeles la llevarán al mundo celestial. Haga todos los días decretos de llama violeta y pida ser llevado, por la noche, cuando duerme, al retiro del Arcángel Zadquiel para recibir la preparación.
The service of the Order of Melchizedek today
El Arcángel Zadquiel habla del servicio de este sacerdocio:
El papel del sacerdocio, amados, es el de cuidar la llama de la vida en el altar del templo, del hogar y del corazón. La vocación del sacerdocio es la de no dejar jamás que la llama de la vida se escape o se apague. Antes que nada, estos seres comprometidos han de guardar la llama por las evoluciones planetarias y solares. El sacerdocio lo forman guardianes de la llama por aquellas almas que evolucionan en varios peldaños de la escalera de la vida, ofreciendo la gracia, la misericordia y el ritual del séptimo rayo para que puedan encontrar su propia maestría Divina, pétalo a pétalo.
Así, el sacerdote de la Orden de Melquisedec también se mantiene en
segundo plano, siendo su lema, «es necesario que él crezca, pero que yo mengüe»[4]. El significado de esta afirmación de Juan el Bautista es que el sacerdote cede su lugar al que viene después de él y así, asciende a otro nivel de vibración. Por tanto, él decreta que aquel que es capaz de recibir su antorcha, que es transferida, debe aumentar en ese puesto y el que sigue adelante debe menguar en ese nivel y a su vez, también aumentar en el
nivel siguiente[5].
El Sacerdocio de Melquisedec está muy activo actualmente en la Tierra. En un dictado histórico dado en Portland (Oregón) el 28 de mayo de 1986, Saint Germain anunció una dispensación por la cual ciento cuarenta y cuatro mil sacerdotes del Sacerdocio de Melquisedec formaron una cruz de Malta de llama violeta sobre la ciudad:
Benditos, el acontecimiento que me trae a esta ciudad es tanto antiguo como reciente. El acontecimiento antiguo, tal como consta en akasha, es un abuso de la luz, en algunos casos por parte de quienes han reencarnado aquí y se han quedado por la oportunidad de saldar karma, y en otros casos por parte de quienes no son llamados a la escena de este abuso.
Amados, hay muchos corazones sinceros en esta zona y este estado, como bien sabéis; porque así os considero, ciertamente. Por tanto, deseo interceder en un peligro que desconocéis, que es el retorno de ese karma, ciclo a ciclo, en este momento que el karma planetario regresa. La intercesión, pues, se invoca a través del consejo del retiro del Señor Zadquiel y el Sacerdocio de Melquisedec.
Existe un sacerdocio de rayo violeta, amados. Por tanto, durante esta meditación, ha marchado una procesión de sacerdotes del fuego sagrado desde ese retiro hasta esta zona, formando con sus cuerpos de luz una cruz de Malta… Así, amados, los cuatro brazos significan la emisión en la Materia de un fuego sagrado.
Los miembros de la orden de este antiguo sacerdocio son todos maestros ascendidos. Hace mucho lograron esa victoria a la que podéis acceder ahora. Ellos vienen de antiguos templos, anteriores a su profanación en continentes perdidos, donde ellos mismos alcanzaron el honor del fuego blanco y la entrada. Han venido, pues, para dar protección y un inmenso fuego de transmutación para que ese retorno de karma sea mitigado o consumido por completo. Esta consumición y transmutación ha de tener lugar en el físico gracias a la intercesión vuestra y de vuestras llamas del corazón receptoras de la llama violeta, al invocarla, y aceptando con agrado un empeño cooperativo de estos ciento cuarenta y cuatro mil sacerdotes de la Orden de Melquisedec, que han colocado esta noche sus cuerpos en esta gigantesca formación en forma de cruz de Malta.
Notas
Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 1, “Melquisedec”.