María, la madre de Jesús
La Virgen María es la arcangelina del quinto rayo y la llama gemela del Arcángel Rafael.
Service on Venus
Although an archangel, Mary has also taken physical embodiment. Mary dwelt on Venus prior to taking embodiment on earth, to which planet she was assigned by the Lords of Karma to show forth the raising of the feminine ray subsequent to the fall of Eve. There she served among the evolutions whose energies focalize on the etheric plane and who for thousands of years have sustained, through the laws of harmony and love, the culture of the Divine Mother.
Through a long period of sojourn on Venus, Mary was prepared to come to earth and to challenge mankind’s perversion of the cosmic honor flame—of the fiery crystal spirals of obedience to God’s laws that sustain the very movements of the atoms and the rhythm of heavenly bodies. She came bearing a generous portion of the fires of Lady Venus, charged with her love, and carrying the responsibility to redeem the feminine nature in all mankind.
Embodiments on Earth
Atlantis
En los primeros días de la Atlántida prestó servicio en el Templo de Curación, cuidó de la llama y estudió las artes curativas y las disciplinas necesarias para la precipitación. En aquel entonces desarrolló una gran concentración y consagración al concepto inmaculado. Su conciencia y su impulso acumulado, más que otra cosa, sostuvieron la llama en el templo y expandieron su influencia por la Atlántida. La pureza de la llama del corazón y su devoción brillaban en su rostro, algo evidente para todos los que frecuentaban ese Templo. Permaneció como virgen del templo durante toda esa encarnación.
Mother of King David
En los días del profeta Samuel, María fue llamada a ser la esposa de Jesé y la madre de sus ocho hijos. Siempre cumpliendo con su papel de Madre, María, en esta encarnación de su alma en la Tierra, engrandeció la luz de los siete rayos del Cristo en los primeros siete hijos de Jesé. Pero en el más joven, David, glorificó no sólo el pleno complemento de las virtudes desde el prisma del Señor, sino la majestuosidad y maestría del octavo rayo, que David ejemplificó en su reinado y ensalzó en sus salmos.
El propio David reencarnó como Jesús y así, en los Salmos, los israelitas pueden recurrir a las enseñanzas de alguien que ha alcanzado la maestría Crística mientras que los gentiles también reflexionan sobre las meditaciones del Salvador, todos esforzándose por la misma meta establecida por el que es conocido como rey, tanto de Israel como de la Nueva Jerusalén. Y así, no resulta sorprendente que hoy, en el Cenáculo que da a la ciudad de Jerusalén, los cristianos recen en el Aposento Alto en el lugar donde Jesús y los discípulos celebraron la Última Cena, donde Cristo se apareció después de resucitar y donde el descenso del Espíritu Santo tuvo lugar. Y en el nivel inferior de la misma casa hay un templo donde los judíos adoran la Tumba de David. Tampoco resulta sorprendente para los que ofrecen alabanzas a su nombre que María sea la Madre de las dispensaciones tanto judaica como cristiana.
Madre de Jesús
En su última encarnación María apareció bajo la dirección de la jerarquía, elegida por Dios para dar nacimiento a Jesús el Cristo, quien demostraría las leyes de la alquimia y la victoria que todo hombre debe lograr sobre el pecado, la enfermedad y la muerte. En su más tierna infancia fue llevada a un templo para que recibiera preparación en la ciencia del concepto inmaculado. Su llama gemela, el Arcángel Rafael, junto con miembros de las huestes angélicas y el Dios y la Diosa Merú, la ayudaron en el desarrollo del principio de la Madre con el fin de que su conciencia pudiera llegar a ser el vientre de la progenie del Cristo.
Durante su infancia concentró con su conciencia externa aquellos impulsos acumulados que había desarrollado hacía mucho en la Atlántida y en los niveles internos, antes de encarnar. Cuando María aún era una joven muchacha, José (una encarnación de Saint Germain) fue enviado como tutor y protector suyo y de Jesús. Juntos, los tres miembros de la Sagrada Familia componían la llama trina que no sólo era la base de la unidad familiar, sino de toda la dispensación cristiana.
Durante miles de años, antes de encarnar, María había invocado el impulso acumulado del quinto rayo y había estudiado cómo sostener la perfecta imagen o arquetipo del Cristo y de la precipitación específica que era el requisito del momento: una flor, un templo, una llama, una obra de arte o toda una civilización. Sea cual sea la precipitación, ha de haber una corriente de vida que esté dedicada a su manifestación, que visualice sus componentes y a través de cuya conciencia fluya el poder energizante del Espíritu Santo con el fin de darle forma y vida. Esta es la actividad del representante del rayo femenino de la Maternidad de la Divinidad. María jugó ese papel para Jesús y, por tanto, a través de su conciencia llegó la pureza, el poder y el amor que capacitaron a Jesús para cumplir su misión.
Durante los tres últimos años de su ministerio, tras su regreso del Lejano Oriente donde estudió en los Himalayas bajo el Señor Maitreya, su gurú, Jesús entró en la vida pública. Este período supuso una gran prueba para María y sólo su impulso acumulado en el quinto rayo la capacitó para sostener la matriz de la victoria hasta el final.
Later years
After the forty-day period during which Jesus appeared to the apostles and the holy women in the upper room, Mary gathered together the inner circle of devotees who had made themselves ready to partake of the initiatic mysteries, gathering often to receive instruction, to receive the sacred Word of Jesus Christ. By the descent of the Holy Spirit on the day of Pentecost these were made the body of God upon earth whose souls by their consecration formed the foundation of the Christian Church.
Mary the Mother was the acknowledged head of that community of lightbearers—the center of the circle of apostles, disciples and holy women. She was the veritable fountainhead of Christic energies that flowed throughout the Holy Land, the Mediterranean and Asia Minor, wherever the good news of Christ the light of the world was spread abroad. From Mary’s heart concentric rings of fire—the fire of the Holy Ghost—moved outward as the ever-widening embrace of the Father-Mother that holds all of humanity in the geometry of love.
It is believed that Mary spent the last years of her life in Jerusalem and made her transition from the Holy City about the year 48. According to local tradition, John took Mary to Ephesus for a time to escape persecution in Jerusalem. Examining the various traditions surrounding the passing of Mary, we find that evidence takes us back to the Cenacle, the upper room in which the Last Supper was held and in which the apostles met after Jesus’ departure from their midst. In the Acts of the Apostles we read that the apostles “all continued with one accord in prayer and supplication with the women and Mary the mother of Jesus and with his brethren.”[1]
It is said that the Mother of the early Church kept the flame of the Mother on behalf of earth’s evolutions on Mount Zion in a house overlooking the city and the temple, the Cedron Valley, and the Mount of Olives. There in the upper chamber that became the gathering place of the disciples and where the first Christian church was established, Mary served the Logos during her final years of glory. It is in this place that Christians guard the memory of the dormition, or “falling asleep,” of the Blessed Mother.
Su ascensión
San Juan de Damasco describe cómo cerca del final de esta magnífica encarnación de servicio e iniciación, María ascendió desde una tumba en la que los apóstoles habían colocado su cuerpo después de que falleciera. Al abrir la tumba tres días después, encontraron sólo doce lirios blancos.
Después de ascender, María fue hecha representante de la Madre del Mundo con el título de Reina del Cielo para la Dispensación Cristiana. Aunque todas las maestras ascendidas guardan la llama por la Madre del Mundo, siendo sus representantes, pensamos en María como el arquetipo de la Maternidad, la Madre de todas las madres.
Hasta 1954 Jesús y María sostenían el foco de los rayos masculino y femenino para la sexta dispensación. En esa fecha, Saint Germain y Porcia ocuparon el cargo de directores de la siguiente era en el séptimo rayo para la séptima dispensación.
Mary’s appearances
La ascensión de María se celebra el 15 de agosto. Desde su ascensión, la Virgen María se ha aparecido en todo el mundo, produciendo muchos milagros de curación. Preparó el camino para estas apariciones en los últimos años de su última encarnación, cuando visitó varias zonas del mundo acompañada por Juan el Amado y otros cinco. Primero fueron al retiro de Lúxor (Egipto) y después emprendieron un viaje por barco a la isla de Creta; cruzaron el mar Mediterráneo, pasaron por el estrecho de Gibraltar, deteniéndose en Fátima (Portugal), en Lourdes (sur de Francia), en Glastonbury (Islas Británicas) e Irlanda. En todos estos sitios, María y los que servían con ella produjeron focos del quinto rayo, estableciendo la llama de la ciencia, la curación y la precipitación, preparando el camino para los que vendrían después de ella para amplificar la conciencia Crística.
Estas visitas establecieron la base para el trabajo del apóstol Pablo en Grecia y para sus propias apariciones en Fátima y Lourdes. El Santo Grial, la copa que Jesús usó en la última cena, fue enterrado en un pozo en Glastonbury. Allí se plantó la llama del Cristo, que después inspiró al rey Arturo a formar los Caballeros de la Mesa Redonda y a emprender la búsqueda del Santo Grial.
San Patricio aprovechó el foco de la llama trina colocado en Irlanda y después enseñó el misterio de la Trinidad utilizando el trébol para ilustrar la unión de Padre, Hijo y Espíritu Santo. La llama verde esmeralda de la curación sigue siendo el símbolo de Irlanda y el recuerdo de aquel viaje de antaño por parte de aquellos siete representantes, cuya devoción por los siete rayos los capacitó para obtener éxito en allanar el camino para la expansión del cristianismo en Europa y, en última instancia, en Occidente.
The age of the Mother
The Aquarian age is the age of the Mother and the Holy Spirit. It is the age when we are meant to experience and express the Mother aspect of God. Coming to understand this feminine aspect of God can liberate the creative feminine energy within us, both man and woman—the energy of beauty and creativity, intuition and inspiration.
The concept of God as Mother is not new to Eastern spirituality. The Hindus meditate upon Mother as the Goddess Kundalini, describing her as the white light, or the coiled serpent, that rises from the base of the spine to the crown, activating levels of spiritual consciousness in each of the chakras (spiritual centers) through which that light passes along the way. Whether we are male or female, we are intended to raise this sacred light of our innermost being that lies dormant within us. The key to unlocking this energy, the Kundalini, is adoration of the Mother principle.
The raising of the Mother light is a part of Western tradition also. It is for this purpose that Mother Mary appeared to several of the saints with the safe and sound method of raising the Mother light through the Hail Mary and the rosary. The saints have been portrayed with a white light, or halo, around their heads because they have raised the Kundalini and opened their crown chakras. They have entered into the bliss of God. The great Christian mystics such as Saint John of the Cross, Saint Thérèse of Lisieux and Padre Pio have all had this inner experience—so filled with the divine passion, the bliss of the Beloved, as to defy comprehension.
The Hail Mary
As we enter this new era, Mother Mary has released a New Age Hail Mary and a New Age rosary. In giving the Hail Mary, Mary has asked us to affirm that we are sons and daughters of God rather than sinners. She also asks us to affirm our victory over sin, disease and death.
- Hail, Mary, full of grace
- the Lord is with thee.
- Blessed art thou among women
- and blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
- Hail, Mary, full of grace
- Holy Mary, Mother of God,
- Pray for us, sons and daughters of God,
- Now and at the hour of our victory
- Over sin, disease and death.
The impact of Mother Mary’s service and intercession throughout the centuries is almost incalculable. She urges us to fast and pray and to give the rosary. Mother Mary has said:
I extend to you, then, access by the rosary—by the rosary—to my causal body, to the attainment on those fourteen stations that I have gained throughout my long spiritual history. I give you, therefore, the opportunity to receive that power and attainment that God has given me as my great Teacher. And as I am his servant, this I transmit to you that it might become close to the physical world and the physical problem through your own physical body and heart.[2]
Mary’s service today
Hoy María trabaja con el maestro El Morya y el Consejo de Darjeeling en su servicio a la voluntad de Dios por toda la humanidad. Tiene una capa azul que concentra esa voluntad y su intensa protección de la conciencia Crística emergente en todas las almas; y cuando es invocada, María coloca la capa alrededor de todos los necesitados de la protección del amor de una madre. Presta ayuda con el Arcángel Gabriel en la preparación del camino para los niños que han de venir, la enseñanza de los padres y la guía de los elementales del cuerpo en la formación de sus cuerpos físicos.
El foco de María del Sagrado Corazón en el Templo de la Resurrección es el foco de la llama trina que conmemora la misión del Cristo de la Santa Trinidad. Su servicio con Saint Germain y Jesús estableció la base de los dos mil años de creencia y servicio cristianos y también la de la era venidera.
Mary says, “My appearances through the centuries have centered on the request for prayer and for the giving of the rosary for the saving of souls. Millions have been saved because millions have responded to my call.”[3] In her appearances at Fátima, Medjugorje and other places in the world, Mary has told of what may come upon the earth if we do not heed her warnings.
In 1984 Mother Mary said:
I live with the Fátima prophecy. I live with its message. And I go from door to door and heart to heart knocking, asking for those who will come and pray with me—pray the violet flame or the rosary or the calls to Archangel Michael. But above all, pray. For by thy prayer is the open door extended, and the angels come stepping through the veil to prevent disaster and calamity.[4]
Miracles have occurred again and again through her intercession. When the atomic bomb was dropped on Hiroshima in 1945, eight men living eight blocks from the center of the nuclear blast were miraculously untouched. One of them, Father Hubert Shiffner, S.J., explained, “In that house the rosary was prayed every day. In that house, we were living the message of Fatima.”[5]
This blessed Mother is fierce in the protection of her children and outspoken on the ills of society:
The land is plagued with darkness upon the screens of the invention of the motion picture. The land is plagued with darkness over the churches devoted to honor my Son’s name. The land is plagued with darkness as the political candidates struggle among themselves seeking a temporal crown.... The elementals have communicated recently with one another, and they are preparing to execute cataclysmic strands of destruction that have only begun in the world order. And this shall come to pass unless the teachings of God shall be fulfilled in the hearts of many men and women presently totally dedicated to their own selves without understanding the great needs of humanity.[6]
Until a correct understanding of the I AM THAT I AM be made known across the land, governments will fall, economies will crumble, churches will come to ruin, darkness will cover the land, famine will be present, and souls will be lost.[7]
Within my Sacred Heart is the acceleration of light this day ... unto the judgment of those who have persistently denied the miracles of the Virgin Mary.... Let there be the judgment of the false teachers who have stolen into the churches with their false theology.... Everyone who has interfered with the birth of these little ones—everyone who has advocated abortion from the pulpits of the churches, I tell you they will suffer exactly the karma that is written in sacred scripture spoken by my Son,[8] and it will not be withheld this day![9]
The immaculate concept
Mother Mary is one of the great teachers of mankind. She instructs us in the science of the immaculate concept, the pure concept or image of the soul held in the mind of God. The immaculate concept is any pure thought held by one part of life for and on behalf of another part of life, and it is the essential ingredient to every alchemical experiment without which it will not succeed. The ability to hold the image of the perfect pattern to be precipitated, to see the vision of a project complete, to draw a mental picture, to retain it and to fill it in with light and love and joy—these are keys to the science that Mother Mary and Saint Germain teach.
God is the supreme practitioner of the science of the immaculate concept. No matter how far man might wander from his individuality, God ever beholds man in the image of Reality in which he created him. This science of the immaculate concept is practiced by every angel in heaven. It is that law that is written in the inward parts of man, known by his very heart of hearts, yet dim in the memory of his outer mind. It is based on the visualization of a perfect idea that then becomes a magnet that attracts the creative energies of the Holy Spirit to his being to fulfill the pattern held in mind.
Retreats
► Main article: Raphael and Mother Mary's retreat
► Main article: Resurrection Temple
The temple of Archangel Raphael and Mother Mary is in the etheric realm over Fátima, Portugal. Mother Mary also serves with Jesus in the Resurrection Temple over the Holy Land.
Mary blue, the color that we associate with Mother Mary’s love, is almost an aqua—blue tinged with a bit of green—and through it her devotion to healing radiates to all who call to her for assistance. Her fragrance and flame-flower is the lily of the valley, and her keynote is the “Ave Maria” by Schubert.
See also
For more information
For more detailed information about Mary’s embodiments and her service to the earth, see:
Elizabeth Clare Prophet, Mary’s Message for a New Day
Elizabeth Clare Prophet, Mary’s Message of Divine Love
Sources
Mark L. Prophet and Elizabeth Clare Prophet, The Masters and Their Retreats, s.v. “Mary, the Mother of Jesus.”
Elizabeth Clare Prophet, Mary’s Message of Divine Love, Introduction.
- ↑ Acts 1:14.
- ↑ Mother Mary, “To Prick the Conscience of the Nations,” Pearls of Wisdom, vol. 27, no. 48, September 30, 1984.
- ↑ Mother Mary, February 24, 1980.
- ↑ Mother Mary, “The Continuity of Being,” Pearls of Wisdom, vol. 27, no. 63, December 30, 1984.
- ↑ Francis Johnston, Fatima: The Great Sign (Washington, N.J.: AMI Press, 1980), p. 139.
- ↑ Elizabeth Clare Prophet, Mary’s Message for a New Day, pp. 258, 260.
- ↑ Mother Mary, “Behold the Handmaid [Shakti] of the Lord!” December 31, 1977.
- ↑ “But whoso shall offend one of these little ones which believe in me, it were better for him that a millstone were hanged about his neck, and that he were drowned in the depth of the sea” (Matt. 18:6).
- ↑ Mother Mary, “The Right Arm of the Mother,” January 28, 1979.