Virus

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Ilustración creada en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) que muestra la estructura del Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2 (SARS-CoV-2)

Un virus es una identidad, una creación mecánica a nivel microscópico que ataca las células del cuerpo. Si alguna vez observa un virus bajo un microscopio, verá que tiene un aspecto mecánico.

Cuando están lidiando con un virus, que es muy difícil y para el que hoy en día hay pocos recursos en medicina, son las defensas del cuerpo las que deben rebelarse contra él.

Así que, cuando consideramos la mente diabólica en el núcleo del código genético, en el núcleo de la identidad y en el núcleo de la mismísima concepción del mal, a medida que es engendrado en la tierra, nos damos cuenta de que comienza a niveles microscópicos, ya sea por la locura de la mente que comienza guerras o hace maldades, o ya sea por el ataque al cuerpo físico por un microbio o un virus. [1]

Tomen en cuenta que las palabras virus y virulenta tienen la misma raíz (Del latín vīrus, que significa "fango", "veneno"), lo que indica el intenso mal uso de la energía.[2]

El origen de los virus

Aunque las plagas y los virus han estado en la Tierra a lo largo de la historia, su origen se remonta incluso a tiempos más antiguos. Orómasis y Diana nos han dicho que las enfermedades que han aparecido en la Tierra fueron inventadas y producidas hace mucho tiempo en los laboratorios de otras civilizaciones y continentes, lo que incluye a la Atlántida y Lemuria.[3] De hecho, algunos científicos atlantes reencarnados en la Tierra, pero que provienen de otros planetas, crearon virus y plagas que han pasado a las aguas superficiales y a las subterráneas para que se propaguen por generaciones.[4]

Estos virus representan la ira de los ángeles caídos cuyo tiempo está llegando a su fin. Los arcángeles nos han dicho que estos virus son una manifestación del veneno del ángel caído Samael y de otros espíritus malignos que propagan estas enfermedades para atormentar a los hijos de Dios.[5] Además, los maestros nos han dicho que algunas de estas plagas y virus son de origen extraterrestre.[6]

El libro del Apocalipsis habla de las “plagas postreras” que se derramarán sobre la Tierra en los últimos tiempos.[7] Hay muchas diferentes manifestaciones de estas plagas postreras. No son solo las enfermedades mortales que conocemos hasta ahora, sino también virus y enfermedades que aún no se han visto, que son desconocidas y para las que actualmente no hay cura.[8]

Los virus y el elemento fuego

Orómasis explica que los virus son creados a través del mal uso del elemento fuego:

Nosotros, que entendemos al ígneo elemento sabemos que las emociones humanas realmente dan lugar a la pestilencia en el mundo. A través del fenómeno conocido como la mutación, las intensas concentraciones de patrones negativos de pensamiento y de sentimiento que se liberan a la atmósfera por el uso indisciplinado de la energía crean nuevas formas de virus que, una vez que han sido lanzados, continúan como organismos parásitos para atacar a la humanidad.

Vuestra amada Presencia YO SOY, preciosos, no creó los gérmenes de las enfermedades y condiciones insalubres en el planeta. Estos fueron creados por pensamientos y sentimientos erróneos, por el mal uso del ígneo elemento a medida que trabaja a través del elemento agua en el cuerpo emocional del hombre. Los cuatro elementos de la naturaleza son un todo armonioso que funciona de acuerdo con la ley del cuadrado. Cuando hay una distorsión en uno o más de estos elementos, no puede evitar que afecte el equilibrio armonioso de la vida en los otros elementos...

Quiero deciros amados, que cuando la humanidad encarnada utiliza apropiadamente y pone en acción el poder del Espíritu y el poder de la oración, el poder del mundo invisible, puede producir más de lo que se ha denominado correcciones milagrosas de condiciones perturbadoras que lo que la mayoría de la gente soñaría posible.[9]

La vulnerabilidad a los virus

El problema de las plagas y los virus en la Tierra es complejo, pues involucra al karma, así como la mala intención de los ángeles caídos encarnados y desencarnados. Las personas son vulnerables a todas las formas de enfermedades terribles en la Tierra porque sus cuatro cuerpos inferiores no están equilibrados ni tienen encendido el fuego espiritual en el chakra del corazón para expulsar las energías de oscuridad que se manifiestan en estas enfermedades.[10] La caída del nivel de conciencia de la humanidad, al ignorar la voluntad de Dios, hace que los sistemas en el cuerpo y también en la sociedad se colapsen. Los edificios se derrumban, los cuerpos se descomponen, la espiral de la muerte se establece, y se ve tanto en el macrocosmos como en el microcosmos.[11]

Existe el factor del karma. Este se ha multiplicado debido a las mentes malvadas que han provocado plagas en los pueblos y naciones que se han vuelto vulnerables por descuidar a su Dios y las advertencias de los profetas.[12] Las plagas han descendido porque las personas profesan una religión debilitada y no han protegido su alma, espíritu y cuerpo.[13]

Las soluciones espirituales

Los maestros, los ángeles y los elementales nos ayudarán mucho en este trabajo espiritual, y hay dispensaciones que podemos invocar. Nos han dicho que, si trabajamos en estos asuntos con un gran fervor de corazón, especialmente en nuestros decretos matutinos, podremos lidiar con las plagas postreras.[14]

Los ángeles están en las calles y en los hospitales luchando contra estas nuevas plagas que se producen a través de la combinación de virus en la Tierra.[15] Debemos pedir su ayuda. Respecto a los virus que están fuera de control en la Tierra, el Arcángel Rafael explicó que a través del libre albedrío y del poder de la Palabra hablada podemos asumir el control en esta octava. Al invitar a los arcángeles a que vengan y nos ayuden, veremos un cambio radical en situaciones que parecían imposibles.[16]

Los nombres de los siete arcángeles son llaves específicas por medio de las cuales podemos acceder a sus cuerpos causales de luz. En tiempos de crisis como una pandemia viral, podemos decir: “¡En el nombre de Dios, ¡Arcángeles Miguel, Jofiel, Chamuel, Gabriel, Rafael, Uriel, Zadquiel, Uziel, vengan ahora! ¡Salven esta ciudad! Salven esta ciudad y aten todas las fuerzas que son instrumentos de la oscuridad en esta crisis en particular”.[17]

También es de vital importancia pedir la cooperación de la vida elemental e invocar la intercesión de los elementales diariamente. Ellos están esperando que les asignemos tareas. Esperan ser enviados para consumir la causa y núcleo de las enfermedades y de todo tipo de virus. Debemos invocar la cooperación de los ángeles, los elementales y los hijos e hijas de Dios, porque solo con la acción equilibrada de los tres reinos y la manifestación de la luz, la Tierra será restaurada.[18]

A continuación, enlistamos algunas de las soluciones espirituales que los maestros nos han ofrecido en nuestros tiempos de necesidad.

La llama violeta

La solución principal al problema de los virus es la solución divina del séptimo rayo de Acuario de Saint Germain y Porcia. La llama violeta utilizada con intensidad, especialmente en el ciclo de cuarenta y ocho horas con Omri-Tas, librará a la Tierra de todo tipo de enfermedades y virus en el cuerpo de las personas y en toda la evolución planetaria.[19]

Los decretos dinámicos de llama violeta, entusiastas y sinceros, pueden limpiar mucho el planeta, especialmente cuando se combinan con el decreto 10.14 de la amada Poderosa Astrea, Elohim del cuarto rayo.

El círculo y la espada de Astrea

El Maestro Ascendido Cuzco nos dio en 1995 una fórmula específica para dar el decreto a Astrea como una matriz poderosa para limpiar las fuerzas de la oscuridad en la tierra. Él dijo:

Mientras más Astreas hagáis, más podéis enviar por el conducto (es decir, la espiral o túnel) de los patrones de vuestra Astrea, toda clase de demonios, virus y otros microorganismos que causan enfermedades o plagas[20].

Los decretos a Astrea permiten que la llama violeta penetre más profundamente en el corazón de la Tierra y en la psique de las personas a nivel subconsciente e inconsciente. Los maestros pueden rodear la conciencia de masas de las personas y velar para que las personas bien intencionadas sean despojadas del error por el círculo y la espada de llama azul.[21]

Lanello dio una forma de pensamiento para usar en el trabajo espiritual contra la amenaza de los virus:

La forma de pensamiento que os daría para vuestra visualización es la siguiente. Visualizad el círculo y la espada de Astrea rodeando los virus que no se pueden ver excepto bajo un microscopio. Visualizad billones de billones de la Presencia Electrónica de Astrea a su alrededor. Y usad vuestros decretos de Astrea de ahora en adelante para rodear todo tipo de formas de vida malvadas que se han plantado en la Tierra, que han sobrevivido al hundimiento de continentes y cataclismos y aún permanecen....

I sound the alarm this day. You ought to be alarmed and you ought to realize that the power of the sacred fire that is in your hand, if you will make use of it daily, can turn around and consume these foul viruses in the earth. But this planetary clearance must be done by those who are initiates....

And so, beloved, I now turn my attention to the Tibetan monasteries, where the original purity of Buddhism has been kept alive for centuries by the monks and nuns. I speak to you, then, as monks and nuns of the Pure Land and I say, if you will return to giving your early morning decrees before breakfast and if you will work on these issues with a great fervor of heart, you will be able to deal with the last plagues. For we will send reinforcements by the power of Astrea in answer to your call....

Think not that you have not also been initiated in past ages and even in this life and recently in the retreats of the Ascended Masters. Indeed you have. Now I ask you to come with me and go to the retreat of the Lord Jesus Christ over the Holy Land. Come with me this night, for I desire you to be in the presence of Jesus. My desire is for you to receive initiations from him directly. Any number of you are ready. And others of you can become ready by fasting and purifying your consciousness. Your consciousness must be one-pointed.[22]

The healing flame

También es necesario intensificar la acción curativa del rayo verde del quinto rayo del amado Ciclopea. Pidan que el fuego esmeralda descienda para consumir los virus y microbios.[23]

Podemos llamar al Arcángel Rafael y a Madre María para pedir la forma de pensamiento curativa, compuesta de esferas concéntricas del rayo blanco, azul y verde, para sellar la Tierra y a aquellos que padecen enfermedades por causa de virus que nunca debieron invadir el cuerpo.[24]

La Maestra Ascendida Leto ha prestado una gran ayuda a la humanidad, especialmente durante los períodos de plagas.[25] Podemos pedir su ayuda en tiempos de epidemias.

Astral and mental viruses

Gabriel and Hope explain that there are also viruses beyond the physical plane:

Hearts of infinite fire, there is the spreading of a disease in the astral bodies of the people. It is a virus like physical viruses. It is a cancer affecting the entire astral plane and the astral bodies of those who are already unhealthy in consciousness in that they misuse the light of purity and they compromise the laws of God. And therefore their four lower bodies are not whole, are not healthy, by the natural and harmonious distribution of the light. There is the clogging and the constipation of the astral body, even as there is this condition within the very tiniest physical cells.

This cancer affecting the astral bodies of the races of the people most notably affects those who are a part of the mechanization-man consciousness, whether by adoption or by the intent of their original creation of the fallen ones—that is, whether by the intent to set aside their own God flame and follow in the path of the sophistication of the seed of the wicked.

Therefore those who have the least light or no God flame at all are the most susceptible to the astral viral diseases which create a forcefield that in turn is susceptible to the murderous intent and to the blood rites of the Satanic councils who exist both on the physical plane and on the astral plane and in certain levels of the mental plane. Therefore the fallen ones, who proceed by deliberate design, also spawn their viruses in their astral laboratories.

Therefore understand that those who walk in the way of righteousness, those who respond to the I AM Presence and worship the God of very gods, those who are open and pure in heart and not deceitful are clear channels for that light to flow. And that light, as a mighty waterfall, daily cleanses and purifies the four lower bodies, thus displacing any condition whatsoever which would tend to accumulate those forcefields that are conducive to the establishment of diseases of the astral body.

There are also diseases of the mental body, and conditions in the physical body make possible their establishment. For instance, beloved hearts, the effects of nicotine on the brain and on the cutting off of the flow of light through the upper chakras will also weaken the interaction of the flow of light in the mental body. And therefore at inner levels there is the weakening and there is the entering in of that disease which causes lack of judgment, poor understanding of life, poor perspective, paranoia, and unwise and unrighteous and unlawful decisions on a day-to-day basis. It is called insanity by various names—emotional disorders. But, beloved ones, there is a chemistry and an alchemy of the four lower bodies, and these are most affected.

The etheric body, being the fire body, is the last to be affected; and it is only affected when there is the gross misuse of the sacred fire in black magic itself, in witchcraft. And therefore when that etheric body is violated, penetrating the higher atmosphere and spheres of the planetary body, there is an interaction with the false hierarchy and their misuse of the fire element. And these individuals for a season intensify, seemingly, great powers at the etheric level. But, I say, in the name of the Holy One of Israel: They shall not pass!...

Let us, therefore, be wise even as the archangels establish row upon row of legions of light guarding their retreats, guarding their sacred alchemy. Let us now—as you are alchemists of the Spirit/Matter universe—invoke, daily, angels keeping the flame of Life at the door of consciousness. Therefore, you will not experience the life-and-death struggle each time you depart from your household, your office, or your place of striving; for there will be tier upon tier of reinforcements of God who were created to reinforce your own Christhood....

I have taken you round about through all of this that you might realize that festering in the fallen ones are the forcefields of these astral and mental viruses. Unless they be brought to the judgment, unless the calls be made for that lethal substance to be bound—the very essence of Death and Hell itself—there will continue to be a contamination and a pollution of the stream of consciousness in the earth, affecting those who are not nearly so dark but who have only small elements of darkness or carelessness or ignorance of the laws of God.

And therefore ultimately from the fallen ones, from the archdeceivers of the Satanic council and their emissaries, there results in this chain of activity the murder in the streets of Los Angeles, New York, and across the earth. Therefore we must begin at the beginning.

And therefore when you read the accounts of crime, you must give pause, you must be still and invoke the full intensity of the judgment for the binding of that chain of consciousness from that individual who was an ignorant or a malicious tool, what the case may be—all the way back through that chain of energy, through that degeneration spiral, clearing the virus, clearing the consciousness, going to the core of the archdeceivers.[26]

Para más información

Para obtener información adicional sobre estos temas, consulte las Perlas de Sabiduría mencionadas en las notas.

Notas

Compilado por los editores.

  1. Elizabeth Clare Prophet, 15 de mayo de 1983.
  2. Elizabeth Clare Prophet, 19 de abril de 1979.
  3. Orómasis y Diana, Perlas de Sabiduría, vol. 47, núm. 50, 12 de diciembre de 2004.
  4. Hércules y Amazonia, Perlas de Sabiduría, vol. 29, núm. 18, 4 de mayo de 1986. Enoch, Perlas de Sabiduría, vol. 30, núm. 9, 1 de marzo de 1987.
  5. Arcángel Rafael, Perlas de Sabiduría, vol. 36, núm. 15, 11 de abril de 1993.
  6. Lanello, Perlas de Sabiduría, vol. 38, núm. 9, 26 de febrero de 1995.
  7. Apocalipsis 15:1.
  8. Lanello, Perlas de Sabiduría, vol. 38, núm. 9, 26 de febrero de 1995.
  9. Príncipe Orómasis, "Los virus creados y los no creados a través del elemento fuego", Perlas de Sabiduría, vol. 11, núm. 32, 11 de agosto de 1968.
  10. Orómasis y Diana, Perlas de Sabiduría, vol. 47, núm. 50, 12 de diciembre de 2004.
  11. Hércules y Amazonia, Perlas de Sabiduría, vol. 29, núm. 18, 4 de mayo de 1986.
  12. Alfa y Omega, Perlas de Sabiduría, vol. 31, núm. 68, 15 de octubre de 1988.
  13. Arcángel Rafael, Perlas de Sabiduría, vol. 36, núm. 15, 11 de abril de 1993.
  14. Lanello, Perlas de Sabiduría, vol. 38, núm. 9, 26 de febrero de 1995.
  15. Arcángeles Jofiel y Cristina, Perlas de Sabiduría, vol. 36, núm. 10, 7 de marzo de 1993.
  16. Arcángel Rafael, Perlas de Sabiduría, vol. 36, núm. 15, 11 de abril de 1993.
  17. Ibid.
  18. Orómasis y Diana, Perlas de Sabiduría, vol. 49, núm. 6, 5 de febrero de 2006.
  19. Orómasis y Diana, Perlas de Sabiduría, vol. 47, núm. 50, 12 de diciembre del 2004.
  20. Cuzco, Perlas de Sabiduría, vol. 37, núm. 27, 25 de junio de 1995. Cuzco mencionó específicamente dar este decreto 144 veces tres veces por semana.
  21. Ibid.
  22. Lanello, “Lanello’s Concerns.”
  23. Ciclopea, Perlas de Sabiduría, vol. 38, núm. 14, 26 de marzo de 1995.
  24. Arcángel Rafael, Perlas de Sabiduría, vol. 36, núm. 15, 11 de abril de 1993.
  25. Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 1, p. 197.
  26. Archangel Gabriel and Hope, “Sendings of the Sacred Fire,” Pearls of Wisdom, vol. 24, no. 9, March 1, 1981.