Afirmaciones Transfiguradoras de Jesucristo

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Los siete chakras

Las «Afirmaciones Transfiguradoras de Jesucristo» son mantras para lograr la conciencia Crística. Fueron dictados por Jesús el Cristo a través del mensajero Mark L. Prophet tal como el maestro les enseñó a su círculo íntimo de discípulos.

Al hacer estas afirmaciones en voz alta se produce una emisión del flujo de energía desde tu chakra del corazón, desde el mismísimo centro del corazón que es la sede de la lama trina de la Vida. También tiene lugar el flujo del chakra de la garganta con el poder de la Palabra hablada, estableciendo el diseño original de la maestría sobre ti mismo. Tenemos el flujo del ojo omnividente, el chakra del tercer ojo, que utilizamos para visualizar la perfección de Dios y su precipitación en el hombre. Tenemos el flujo de Luz a través de la corona de la vida, el punto del loto de la conciencia Búdica. Está el flujo de la paz a través del plexo solar. Está el flujo del chakra de la sede del alma y, para terminar, está el flujo de la Madre en el chakra de la base de la columna. Todos los chakras de tu ser son puntos de realización de los niveles de tu percepción Divina.

Cómo Dios se concibe a sí mismo es cómo Dios se expresa en ti y cómo Dios se exprese en ti depende de tu emisión del flujo de Luz. Es como abrir las ventanas para que entre aire fresco, abrir las ventanas del alma para que la Luz de Alfa y Omega pueda fluir. Por eso en Oriente es tan importante la meditación en la respiración, el aliento de fuego sagrado, la aspiración y la exhalación.

El flujo del aliento durante la pronunciación del mantra también es una emisión de energías pránicas hacia el interior de los chakras y desde los chakras hacia el exterior. Los chakras sirven para recibir las energías vitales de la Madre como prana, como esencia del Espíritu Santo, y sirven para dar Luz espiritual, las energías de la creación que provienen de Alfa. El dar y recibir las energías de forma simultánea que realizan los chakras teje un patrón como si fuera una cesta, el efecto del movimiento de la energía en sentido de las agujas del reloj y en sentido contrario.

Cuando pronuncies estos mantras, respira profundamente con el diafragma y siente tu aliento como el aliento de fuego; después siente como si esas siete ventanas de expresión de Dios en ti estuvieran abiertas. Estarás emitiendo alabanzas a Dios a través de los siete centros de percepción Divina. En vez de la idea habitual de que hablamos por la boca, habla por todos los chakras con el acorde de los siete tonos de la conciencia de Dios.




Afirmaciones Transfiguradoras
de Jesucristo
YO SOY EL QUE YO SOY.
YO SOY la puerta abierta que nadie puede cerrar.
YO SOY la Luz que ilumina a todo hombre que viene al mundo.
YO SOY el camino.
YO SOY la verdad.
YO SOY la vida.
YO SOY la resurrección.
YO SOY la ascensión en la Luz.
YO SOY el cumplimiento de todas mis necesidades y requisitos del momento.
YO SOY abundante provisión vertida sobre toda Vida.
YO SOY vista y oído perfectos.
YO SOY la manifiesta perfección del ser.
YO SOY la ilimitada Luz de Dios manifestada en todas partes.
YO SOY la Luz del Sanctasanctórum.
YO SOY un hijo de Dios.
YO SOY la Luz en el santo monte de Dios.




Cuando digas «YO SOY» como el nombre de Dios, en realidad estarás diciendo «Dios en mí es».

Dios en mí es el YO SOY. Dios en mí es la afirmación de la condición de ser, la conciencia y la autopercepción.

Dios en mí es la puerta abierta que ningún hombre puede cerrar. Ningún hombre tiene el poder de cerrar la puerta de la penetración de tu alma en la conciencia de Dios.

Dios en mí es la Luz que ilumina a todo hombre que viene al mundo. El mismo Dios que está en mí es el fuego de la creación que ilumina la vida de mis hermanos y hermanas en el sendero y de toda la humanidad. El reconocimiento de ese fuego de la creación es la gran unión que podemos compartir.

Dios en mí es el camino. El camino es el sendero del Buda y del Cristo.

Dios en mí es la Verdad. La Verdad puede ser conocida, contrariamente a la mentira de los caídos de que la Verdad no puede conocerse.

Dios en mí es la vida. Puesto que él es esa vida, yo viviré por siempre.

Dios en mí es la resurrección; de mi vida, mi amor, mi propósito cósmico, mi diseño original interior. Dios en mí es el fuego de la resurrección para seguir los pasos de Cristo y Buda.

Dios en mí es la ascensión en la Luz. Dios en mí es el fuego, la energía de la creación emitida en la hora de la ascensión de Jesús y en la hora de la ascensión de Gautama, de la Virgen María y los incontables santos y sabios de Oriente y Occidente.

Dios en mí es el cumplimiento de todas mis necesidades y requisitos del momento. Este mantra regula el flujo cósmico en ti. Para tener las necesidades y los requisitos satisfechos, debe haber un dar y recibir perfecto, el flujo perfecto a través del modelo en forma de ocho. Este flujo perfecto ocurre a través de los chakras, tus centros de percepción Divina.

Dios en mí es vista y oído perfectos. La vista y el oído son muy necesarios en este plano, pero la vista y el oído que necesitamos sobre todo es la vista espiritual —perspicacia para conocer a Dios, para conocer la Luz y la oscuridad, la Verdad y el error, para definir, redefinir y refinar el camino de nuestra Cristeidad— y el oído para oír la pequeña voz queda interior, el oído para el Maestro que nos llama, el oído para la voz de Dios que dijo a Jesús: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia»[1].

Dios en mí es la manifiesta perfección del ser. Todos sabemos que Dios es perfecto, todos sabemos que Dios está en nosotros. Pero que él es la manifiesta perfección del ser es una afirmación que arroja Luz desde el plano del Espíritu al de la Materia, con lo cual conquistamos aquí y ahora, el tiempo y el espacio. Esta es la practicidad de los avatares de esta generación. ¿Qué importa que Dios esté bien en el cielo? Dios debe estar en manifestación aquí, en la tierra, para obrar el cambio de la alquimia de la era de Acuario.

Dios en mí es la ilimitada Luz de Dios manifestada en todas partes. Este mantra emite el estallido de Luz que puede iluminar todo un cosmos, porque la Luz de Dios no puede limitarse. Y cuando afirmamos esto con el poder del nombre de Dios, por ley llega a suceder.

Dios en mí es la Luz del Sanctasanctórum. El Sanctasanctórum es el núcleo más sagrado e íntimo, el núcleo ardiente de tu ser, tu propio YO SOY EL QUE YO SOY individualizado. Esta es la llama flamígera que no se apagará. Esta es la llama que ardía aunque la zarza no se consumía. Era el núcleo ardiente desde el cual el SEÑOR Dios se reveló a Moisés y dio su nombre como el YO SOY EL QUE YO SOY. Tú puedes entrar en contacto con el Sanctasanctórum y vivir tu propia Presencia YO SOY.

Dios en mí es un hijo de Dios; el sol resplandeciente del Christos.

Dios en mí es la Luz en el santo monte de Dios; el punto más alto, la mismísima cima del ser, de la autopercepción, el monte de Dios donde Moisés recibió las tablas de la ley, el monte del Buda, el monte de la transfiguración del Cristo. Estas cosas están dentro de nosotros y, con la iniciación, alcanzamos esas alturas.

Fuentes

Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, The Path to Attainment (El sendero hacia el logro).

Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, El Mensaje De Maria Para La Nueva Era.

  1. Mateo 3:17; 17:5; Marcos 1:11; Lucas 3:22.