Padma Sambhava
Padma Sambhava es reverenciado en los países himalayos como el «Amado Gurú». Es el fundador del budismo tibetano y sus seguidores lo veneran como el «segundo Buda».
La vida de Padma Sambhava
El nombre Padma Sambhava significa «El Nacido del Loto». Aunque mucho de su vida y obra está ofuscado en la leyenda, se dice que fue el erudito más importante de la famosa universidad monástica de Nalanda (India), en el siglo VIII d.C. Era conocido por sus poderes místicos y por su maestría en las ciencias ocultas, especialmente por su conocimiento y aplicación de dharani («frases místicas»). También poseía un gran dominio del conocimiento mundano, desde las lenguas y las bellas artes hasta las ciencias terrestres y la arquitectura.
Hacia 750 d.C. el rey tibetano Trisong Detsen invitó a Padma Sambhava a que fuera al Tíbet. Allí ayudó a establecer el budismo venciendo las fuerzas de la atrincherada religión Bon. Exorcizó los demonios que impedían la construcción del primer monasterio budista en el Tíbet, el gran monasterio de Samye, ubicado en las afueras de Lhasa. Padma Sambhava supervisó después el término de este monumental monasterio, con su elaborado complejo de templos, diseñado en forma de mandala. En Samye también fundó la primera comunidad de monjes budistas tibetanos.
Padma Sambhava produjo una época de gran iluminación en el Tíbet. Bajo su dirección, una asamblea de eruditos tradujo escrituras y textos budistas a la lengua tibetana, dando la posibilidad de que el budismo se expandiera por el país. Además, viajó por el Tíbet, convirtiendo a muchos al sendero del Buda y revelando las enseñanzas mántricas del Vajrayana. Vajrayana es el Vehículo, o Sendero, Diamantino, una escuela de budismo prevalente en el Tíbet. Una de sus prácticas esenciales es la atribución de poder a un discípulo por parte de su gurú mediante ciertas prácticas y rituales, incluyendo la recitación de mantras.
Antes de que Padma Sambhava se marchara del Tíbet, instruyó al rey y al pueblo durante veintiún días sobre las enseñanzas externas e internas. También les enseñó principios de la ley, la agricultura y el gobierno iluminado, y les exhortó a que siguieran el sendero que lleva al estado Búdico.
Dice la leyenda que, habiendo hecho esto, se montó en un magnífico caballo alado y, rodeado de luz arco iris, se elevó a los cielos. Según la tradición, ahora reside en su paraíso, su Tierra Pura, sobre la Montaña de Color Cobre.
Los tertones
► Artículo principal: Terton
Durante su vida, Padma Sambhava inició a un círculo interno de veinticinco discípulos que se convirtieron en adeptos y transmisores de las enseñanzas. Debido a que el pueblo tibetano aún no estaba preparado para recibir la esencia de sus enseñanzas más elevadas, el maestro y sus discípulos las conservaron en una forma abreviada y codificada que sólo podían descifrar aquellos que habían sido preparados adecuadamente. Estas escrituras se llaman «termas», que significa literalmente «tesoros». Padma Sambhava y sus discípulos ocultaron las termas para salvaguardarlas hasta que llegara el momento de revelarlas. Padma Sambhava predijo que sus veinticinco discípulos reencarnarían como «tertones» (literalmente «reveladores de tesoro») para descubrir e interpretar esas enseñanzas esotéricas.
De acuerdo con otras tradiciones, los tertones más prominentes son reencarnaciones del propio Padma Sambhava. Los budistas tibetanos creen que a partir del siglo XI en adelante, los tertones comenzaron a recuperar y exponer en profundidad estas termas. Algunas de las termas descubiertas contienen profecías hechas por Padma Sambhava en relación al futuro del Tíbet, profecías que se han visto realizadas en nuestro tiempo. Estas incluyen profecías sobre la invasión del Tíbet por parte de la China comunista, la destrucción de monasterios, la profanación de escrituras, estatuas y pinturas sagradas, la degradación de los monjes, la matanza del pueblo tibetano y la violación de las monjas.
El manto de gurú
Padma Sambhava otorgó a la mensajera Elizabeth Clare Prophet el manto de gurú y le dio el nombre de «Gurú Ma». «Gurú Ma» significa la instructora que es devota de la Madre Divina.[1] Llevando el manto de gurú, la mensajera es la sierva de la luz de Dios en usted. El gurú le ayuda a encontrar su camino de regreso a Dios.
No hay un amor más grande que el que comparten un gurú y su chela. Dan la vida uno por el otro, en un lazo sagrado. Durante miles de años, los grandes instructores espirituales de la humanidad han pasado su manto y su enseñanza a sus discípulos merecedores. Alrededor de cada instructor sucesivo se han reunido estudiantes dedicados a estudiar esa enseñanza y a convertirse en ejemplos vivos de ella.
Con la transferencia del manto de maestro a discípulo llega la transferencia de responsabilidad. El discípulo promete continuar con la misión de su maestro. Para que el trabajo de la Gran Hermandad Blanca continúe en la Tierra, alguien encarnado ha de llevar el manto de gurú. Hoy existen muy pocos gurús encarnados que estén patrocinados por la Gran Hermandad Blanca. Padma Sambhava forma parte de un linaje especial de gurús de la Gran Hermandad Blanca llamado jerarquía del rayo rubí. La cadena jerárquica de este linaje va de Sanat Kumara (el Anciano de Días) a Gautama Buda, el Señor Maitreya, Jesucristo y Padma Sambhava.
Su mantra
► Main article: Golden Mantra
Durante siglos, los devotos de Padma Sambhava han recibido bendiciones al invocar su mantra, Om Ah Hum Vajra Guru Padma Siddhi Hum, que significa: «Padma Sambhava, quien surgió de un loto, por favor, concédeme las realizaciones corrientes y supremas, ¡HUM!». (Un «Vajra Guru» es un ser que ha dominado completamente el sendero de Vajrayana).
Padma Sambhava instruyó a su discípula Yeshe Tsogyal que su mantra debía usarse para evitar los males de un período futuro de gran oscuridad. Sus devotos han invocado este mantra para crear paz y armonía, y como antídoto a la confusión y agitación de esta Era Oscura. Es un mantra para la era en la que vivimos, un tiempo en el que retorna el karma planetario.
El Señor Maitreya nos ha instado a que hagamos sonar el mantra de Padma Sambhava en nuestra alma y nuestro corazón:
Haced el mantra de Padma Sambhava treinta y tres veces y celebrad cada día el ascenso de vuestra alma a la cámara secreta de vuestro corazón, al altar del ser. La vida está vacía cuando no lo hacéis. Cuando no lo hacéis, ni siquiera sabéis lo vacía que está la vida. Y no sabéis lo llena que puede estar cuando entráis, y si entráis, en la práctica de mantener vuestra cita con Maitreya, con Gautama Buda, con los bodhisattvas. Hacedlo treinta y tres veces, amados[2].
Sus enseñanzas hoy
El maestro ascendido Padma Sambhava nos ha dicho que Gautama Buda lo envió para que fuera la encarnación del Buda con el fin de que todos los seres pudieran tener la esperanza de llegar a ser el Buda. Dijo que al seguir sus pasos, podríamos ser «la puerta abierta para las almas que se están convirtiendo en el Buda interior». También advirtió que los que elijan caminar por el sendero del Buda se enfrentarán a desafíos.
Padma Sambhava dio esta clave para conservar la luz Búdica:
Seguid amando ante la más intensa ira, odio, orgullo, pasión, ambición, temor, muerte y oscuridad proyectados contra el alineamiento de vuestro ser con los Budas de la luz… Recordad no identificaros con la corriente falsa de los oscuros. Su corriente es esta ira y todas estas perversiones que he mencionado… Estas son las energías que domaréis en mi nombre. Estas son las energías que pasarán por vuestros chakras sin resistencia por vuestra parte. Y al pasar se convertirán, gracias a la alquimia de la transmutación, en el gran Río de la Vida que podéis afirmar como vuestro[3].
El 2 de abril de 1994 Padma Sambhava nos llamó a que volviéramos a lo básico y examináramos nuestra razón de ser:
Recordad por qué estáis aquí, por qué nacisteis, y las mercedes que Dios os ha extendido. La oportunidad, amados, puede llamar una y otra vez todos los días de vuestra vida. Pero cuando no estéis encarnados, sentiréis el transcurrir del tiempo e incluso el paso de largos eones, algunos en el plano astral y otros en el plano etérico, antes de que podáis regresar por una oportunidad como la que tenéis hoy.
Padma Sambhava dijo que deseaba instruirnos por dos razones: para que pudiéramos reunirnos con Dios al final de nuestra vida mediante el ritual de la ascensión y para que pudiéramos «llevar la luz y dar la luz libremente » con el fin de rescatar a otras almas. «Todos vosotros sois capaces de ello. La cuestión es, ¿tenéis la voluntad? ¿Es vuestra opción más importante? ¿Supone esto la definición de propósito en vuestra vida?».
Padma Sambhava dijo que uno de los mayores obstáculos para el desarrollo del potencial de nuestra alma es aprender a hacer las paces con Dios y con otras personas. Si lo encontramos difícil, él dijo:
Considerad que podríais tener una enfermedad del alma y que esta enfermedad se puede convertir en un cáncer del alma, consumiendo la mismísima esencia de la identidad de vuestra alma. Ved cuándo el alma está enferma y consultad al doctor Gautama Buda y otros Budas…
Por favor, reconoced la enfermedad del alma. Es la más peligrosa de todas las enfermedades. Se da cuando comenzáis a tener una visión distorsionada de la vida y de los demás, y os imagináis que tienen opiniones sobre vosotros que en realidad no tienen y empezáis a atormentaros con amargura hacia la vida, hacia Dios. Oh sí, amados, todas estas actitudes emocionales y mentales son el principio del decaimiento del propio cuerpo.
Para desarrollar el potencial de nuestra alma, él dijo que debemos
… ir más allá del rencor… Qué oportunidad tan grande se desecha cuando no se conquista la ira, cuando el resentimiento no es transmutado en perdón, amor y gratitud por las mercedes dadas…
Los antídotos comienzan en el cuerpo etérico, el cuerpo mental. Los antídotos son el buen humor, la buena felicidad, la buena compasión, el buen amor, la buena imparcialidad y el buen perdón. Todas estas cosas son los antídotos que eliminarían los pecados del mundo entero y los cánceres que yacen en lo profundo de la psique y, por consiguiente, en lo profundo de los órganos.
Padma Sambhava resumió todos estos antídotos en dos palabras: dar y servir. Él dijo:
Dad nueva vida a vuestro cuerpo y a vuestra alma dando libremente lo que tenéis… Así, vuestra aura se elevará, aumentará, se intensificará, se esparcirá, se ampliará y se volverá tan poderosa como los siete mares
Padma Sambhava volvió a instarnos a que volvamos a lo básico:
Decidid qué es importante para vosotros desde hoy en adelante. Os diré cuál es mi definición de lo que es supremamente importante. Es que satisfagáis la ley del amor, la ley de la sabiduría, la ley de la voluntad de Dios. Es que lleguéis a ser una roca de refugio en la Tierra, sin preocuparse por las cosas del yo ni la acumulación de las cosas del yo, sino realizando vuestras obligaciones lo mejor posible, haciendo uso de las mejores tecnologías modernas y todo lo que necesitéis para conseguir vuestra victoria. Servid, amados, pues el servicio es vuestra liberación.
La llama violeta
El 10 de octubre de 1994 Padma Sambhava nos llamó a ser «intérpretes de la nueva enseñanza de Saint Germain y cómo esta se relaciona con las antiguas enseñanzas del hinduismo y el budismo». Ahora es el momento en que muchas almas pueden romper la cadena de karma y renacimiento y reunirse con Dios al final de su vida mediante el ritual de la ascensión.
«Pero necesitan que les den un giro», dijo Padma Sambhava. «Y el giro que necesitan es la llama violeta giratoria. Os insto encarecidamente, pues, a que desveléis este sagrado tesoro. Reveladlo, amados, a todos quienes escuchen y aprendan a hacer los mantras de llama violeta. Hacedles saber que el tesoro más sagrado de todos es el cristal de llama violeta, el mantra de llama violeta, la llama violeta resplandeciendo en sus corazones, transmutando registros de karma y depurando a la vida entera en respuesta a sus llamados».
Padma Sambhava y Jesús
El maestro ascendido El Morya nos dice que Padma Sambhava es un gran devoto de Jesucristo y Gautama Buda. Buscar la unión con Jesús es importante para todos los buscadores espirituales y podemos buscar esa unión mediante Padma Sambhava. Refiriéndose a este rol suyo, él nos ha dicho que es aquel que puede prepararnos para ser iniciados por Jesucristo, diciendo:
Os doy las iniciaciones de vuestra Cristeidad. ¿Consideráis algo extraño que un Gurú oriental os enseñe a vosotros, chelas occidentales, el sendero de Jesucristo? Yo, desde luego, no. Porque, veréis, mediante la preparación y las iniciaciones que yo doy, os llevo por el sendero del discipulado hasta el punto en que os resulte impensable, bajo ninguna circunstancia, ser una ofensa a vuestro Señor…
Jesús dijo a sus discípulos: «¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?»[4]. Muchos continúan clamando, «Señor, Señor», profesando amarlo, conocerlo y ser cristianos, pero sus acciones contradicen sus palabras…
La disciplina del cristiano consiste en algo más que en clamar, «Señor, Señor». Debéis ser capaces de guardar la llama de vuestra Cristeidad emergente continuamente y de vivir de acuerdo con la voluntad de Dios… Llamadme para que seáis curados en todos los niveles de vuestro ser, para que en esa plenitud podáis sentaros a los pies de vuestro Señor, sin ofenderle ni ser ofendidos por él[5].
Véase también
Notas
Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 2, “Padma Sambhava”.
- ↑ Un «manto» es un símbolo de autoridad, preeminencia o responsabilidad; un cargo espiritual. Con su otorgamiento, una gran esfera de luz se pasa del gurú al discípulo. Un gurú es un instructor espiritual que no sólo enseña acerca del sendero espiritual, sino que también establece el ejemplo de cómo se debe recorrer ese sendero.
- ↑ Señor Maitreya, “To Restore the Christhood of America! (¡El restablecimiento de la Cristeidad de América!)”, Perlas de Sabiduría, vol. 35, núm. 42, 11 de octubre de 1992.
- ↑ Padma Sambhava, “Initiation—The Transfer of the Fivefold Secret-Ray Action of the Buddhas to All Who Will to Be Both Hearers and Doers of the Word (Iniciación: la transferencia de la quíntuple acción de los rayos secretos de los Budas para todos quienes quieran ser tanto escuchadores como hacedores de la Palabra)”, 5 de diciembre de 1977.
- ↑ Lucas 6:46.
- ↑ Padma Sambhava, “God Is Just: All Will Receive Their Just Reward (Dios es justo: todos recibirán su justa recompensa)”, Perlas de Sabiduría, vol. 38, núm. 36, 20 de agosto de 1995.