Gobierno mundial

From TSL Encyclopedia
This page is a translated version of the page World government and the translation is 47% complete.
Other languages:

Tratando de resolver nuestros problemas ambientales, individuos con buenas intenciones han propuesto un número de soluciones. Una de las que se ha discutido grandemente es el establecimiento de alguna forma de gobierno mundial. donde habría un control centralizado sobre los sistemas ecológicos del mundo, administrado por un grupo de especialistas en el ambiente. Para eliminar desequilibrios en la biosfera y discrepancias en las economías de las naciones, los proponentes de este plan apoyan la redistribución de recursos naturales y humanos a escala global, dando así a todo hombre y a todo país su “justa porción” de la tierra y su atmósfera—un pedazo de tierra bajo un trozo de cielo.

Aunque reconocemos la sinceridad de la mayoría de los que están trabajando para mejorar la situación del hombre, debemos hacer hincapié que en este plan hay ciertas inconsistencias con la ley cósmica. Para empezar, la Jerarquía no recomienda un gobierno mundial. Hasta que Cristo rija en el corazón del individuo, éste no tiene la capacidad de gobernar al mundo.

The purpose of nation-states

Se debe entender que las naciones fueron instituidas por los maestros ascendidos para servir como el punto final de la transición entre la sociedad imperfecta que evolucionó después de que el hombre fue expulsado del Edén y la sociedad perfecta que se manifestará en la era dorada—una sociedad basada en un gobierno mundial regido por el Príncipe de la Paz y aquellos que han alcanzado auto maestría mediante la conciencia Crística. Los abusos que han ocurrido dentro y entre las naciones no son la intención de Dios, sino un reflejo de la ignorancia del hombre y la indiferencia a esa intención. Esto se debe esperar, dado su estado actual imperfecto de evolución.

La Hermandad advierte que los pueblos no se deben unir prematuramente, aun con el propósito de resolver los problemas del sistema ecológico planetario. Porque en vista de su karma de grupo y su destino divino de manifestar un aspecto de la conciencia Crística como nación, los pueblos del mundo requieren fronteras de identidad que les permitan cumplir su razón de ser. El sistema de naciones no es básicamente malo, ni tampoco son sus ciudadanos inherentemente egoístas. Porque al desarrollar su propia individualidad y al respetar los derechos de otros de hacer lo mismo, ellos mejoran la evolución de todos los demás estados y de todo el cuerpo planetario.

La unión de los pueblos del mundo va a tomar lugar naturalmente cuando los individuos y las naciones traten de alcanzar la perfección y la unión mediante el Cristo. Mientras tanto, los Maestros instan a todas las familias, comunidades, estados y naciones a empezar a buscar seriamente soluciones a sus problemas ambientales. Cuando este proyecto se lleva a cabo sin egoísmo, teniendo en mente solo el bienestar general y la gente está dispuesta a sacrificarse unos por otros, entonces, y sólo entonces, habrá un verdadero progreso.

Rule by an intellectual elite

La creencia de que los peligros inherentes de un sistema mundial de control ecológico sería eliminado por el gobierno de una élite intelectual también está sujeta a serias dudas por parte del estudiante de los Maestros. Aunque la Jerarquía reconoce que sólo los más preparados y mejor educados entre la humanidad deberían tener la última palabra acerca del control del ambiente, su opinión y la del hombre de quién está mejor preparado y educado no necesariamente coinciden.

A pesar de que es aceptable que una élite intelectual gobierne, hablando teóricamente, nosotros quisiéramos hacer hincapié en que en práctica tal sistema puede ser tanto difícil de manejar como peligroso. La dificultad de este plan es reforzar las decisiones alcanzadas por este gobierno mundial. Nada menos que una policía internacional con el poder para pasar sobre la soberanía de las naciones podría poner tal plan en acción eficientemente. El peligro de este plan está en la suposición de que el hombre puede, con solo su intelecto, llegar a los dictámenes de Dios.

A pesar de que muchas veces es verdad que una mente entrenada logra sintonizarse mejor con la Mente Crística, también es verdad que las mejores mentes se pueden entrenar con los peores conceptos. Tales mentes rechazarían los consejos del Cristo porque estarían condicionadas anteriormente por la perspectiva torcida de la mente carnal. Algunos de los más grandes pensadores, aunque no sea su culpa, han sido privados del entendimiento de las leyes más básicas del karma y la reencarnación, y el lugar que tiene nuestro planeta en el esquema cósmico. Aún así, ellos están desarrollando modos de alterar todo el medio de vida del hombre , conformandose con el hombre-animal que les han hecho creer que son. Cuando lo mejor del hombre no es suficientemente bueno para convertirse en un estándar universal, entonces es mejor que su esfera de influencia sea menos que universal. El disolver las naciones remueve el último medio de limitar la proliferación del error, hasta que el hombre mismo pueda trascender la limitación de su adoctrinamiento falso.

Debemos llegar a la conclusión de que hasta que los “especialistas” que están destinados a hacerse cargo de un sistema ecológico mundial, como se ha propuesto, el potencial Crístico de cada miembro de la biosfera y la auto maestría se convierten en la meta principal de la educación, hasta que se vea que el propósito del gobierno es la protección del Cristo en todo hombre, un sistema mundial de control está en peligro de ser usado por personas equivocadas y con malos fines. Sólo se puede confiar en ellos cuando los especialistas mismos estén trabajando conscientemente para la reunión con el Ser Crístico para preservar las libertades esenciales para que cada hombre se convierta en el Cristo; sólo entonces se puede confiar en su capacidad de decidir el destino de la evolución de todo un planeta.

Karma, dharma, and the distribution of resources

Al examinar la creencia de que los problemas ecológicos del hombre se pueden resolver mediante una distribución más equitativa de los recursos humanos y naturales, los Maestros Ascendidos indican que precisamente porque los cocientes de energía de los individuos no son iguales, la teoría de la distribución equitativa de los recursos del hombres es insostenible. El esfuerzo individual para desarrollar la chispa divina y expandir las cualidades de la Deidad, es el factor determinante del estado individual del hombre como hijo o hija de Dios. Como ilustra la parábola de los talentos[1], el uso que hace el hombre de sus talentos en una encarnación determina cuántos talentos va a merecer en la próxima. Individuos y naciones cuyos esfuerzos para hacer las obras de Dios han sido mayor que otros que han tenido la misma oportunidad, les ha dado el derecho de obtener de la Fuente universal una porción mayor de riqueza, energía y talento.

Así como nadie puede quitar a otro los tesoros que tiene en el cielo, tampoco puede un individuo o unidad política exigir de otro riqueza y bienes que no se ha ganado con su labor honesta. El hecho de que una persona o un grupo de personas nace en una cierta época y en un cierto lugar, en una raza y familia en particular, en una nación y continente, es una indicación de (1) su karma, bueno o malo—de lo que tiene o no derecho a disfrutar—y (2) de su dharma—ese servicio que es su deber cumplir, de acuerdo con la voluntad de Dios y su plan divino original.

El plan de tener un sistema ecológico mundial no va a dar resultado porque no toma en consideración el equilibrio delicado del sistema ecológico espiritual—la interacción de los cuerpos causales de más de diez billones de almas asignadas al aula planetaria. Individuos, grupos, vecindarios, comunidades, ciudades, estados y naciones forman parte de sistemas ecológicos dentro de otros sistemas ecológicos, con energías que dependen entre sí y están entrelazadas. El separarlas y volverlas a unir como un juego de bloques—el entremezclar a la gente y a las cosas como un juego de naipes y crear un nuevo mundo—es una violación de la ley cósmica tan seria que presagia el fin de la biosfera. El control total de un planeta y su gente equivale a la destrucción total del alcance individual del potencial Crístico mediante la iniciativa de cada uno. Si se destruye el incentivo de un hombre de crear, se le destruye, convirtiendolo en un animal. Y si al mismo tiempo se destruye la identidad de una nación privandola de su destino, se queda uno con una granja de animales en vez de una era dorada.

A wider sphere of identity

Algunos están a favor de una organización mundial basandose en que el hombre tiene una necesidad obvia de expandir su esfera de identidad; es decir, de trascender su identificación con su propio ser, su familia, su clan y su nación para incluir a todo su mundo. Dicen que el deseo del hombre de expresar su individualidad y retener su libertad de actuar como desea es la causa principal de todos los problemas de la ecología. Concluyen que el hombre debe abandonar sus hábitos egoístas para el bien de toda la humanidad de la que es sólo uno de los miembros.

Estamos conscientes del hecho de que el hombre debe aprender a identificarse con otros hombres si es que la Vida va a continuar en este planeta. Él debe ser el guardia de su hermano; y mediante la identificación con lo que es real en sí mismo y en la sociedad, él debe renunciar a sus deseos egoístas si es que va a continuar progresando tanto espiritual como materialmente. Pero el hombre no puede hacer esto en tanto que conserve su carnalidad—la opinión de sí mismo como un hombre-animal por medio de la cual él ha estado funcionando desde su caída de la gracia de la Imagen de Cristo. Por tanto, si quiere deshacerse de su egoísmo, él se debe elevar del plano de la identificación con la vida animal y exigir su herencia como un hijo de Dios sin pecado ni egoísmo. Sólo entonces va a poder expandir su esfera de identidad y por medio del poder del amor divino incluir a todo el mundo en la conciencia de su Ser.

Una de las más grandes falacias de nuestra época es la proyección de las imperfecciones actuales de la humanidad en la página blanca del futuro. Si el hombre transmutara en el presente el mal, o el velo de energía que Jesús dijo era suficiente para el día, por medio de invocaciones al fuego sagrado, recibiría los recursos suficientes para enfrentarse a los retos del futuro. Y sus futuros problemas no aumentarían por su incapacidad de resolver los problemas del presente.

The dangers of one-world government

El Morya speaks of the dangers of one-world government:

Therefore understand that when it suits the powers that be to create a universality of anything, you will know it is not for the purpose to which you have decreed, but to their own ends. The Great White Brotherhood sees the unity of nations under God, sees the oneness of Light both in government, in science, and in religion—this only when the point of individual Christhood is attained for the responsible use of these avenues leading toward the unification of all.

Beloved ones, the one-world aims and systems in the economy and the governments today can only lead to the neutralization of the power of Christ in the individual, can only lead to the destruction of the highest path of mysticism which has become your own as initiates of the will of God.

World unity today is sponsored by the fallen angels in tremendous numbers, that they might see to it that theirs who are the have-nots are provided for. (And the have-nots are defined by the Darjeeling Council as those who have not the light, who are debtors to the cosmos and who only take and do not give.) Thus, where the lightbearers have founded nations based upon the principles of light and the ancient traditions of Moses and Christ, so the have-nots have nations based upon not the light and fountain thereof blazing in the midst, but upon institutions and orders where their only means of having light is to acquire it from the nations or the individuals who are the haves.

Thus we see that the fallen ones desire the dispersion of light both to weaken and neutralize the lightbearers and to give it unto their own masses, whom they use in wars, political elections, revolutions, riots, and movements of various sorts that they might have the light to further the causes of the rivalrous Nephilim.

Therefore, beloved ones, you will hear people be for this and for that. “I am for a one-world religion,” they will say. But you must ask, “What kind of world religion? Under whose domination? A World Council of Churches that denies the individualization of the God flame? that denies the divinity of Christ in every man? that denies the option for the resurrection and the ascension? that denies karma and reincarnation as a cycle and a spiral of opportunity and a path of initiation?”

Beloved ones, the more centralized is control, the less control the individual may exercise over his own life. Whether in religion or a universal academy of science or medicine or the government, you will see that unless it is truly God who is at the center of their sun, there can only be the red sun going down that is not of the light—however a patriotic symbol this may be for the people of Japan.

Blessed hearts, therefore understand the meaning of the term universal. The Universal Christ, the universal doctrine, the universal God-government is a thing that exists in itself. It is that something, beloved, that is present and real as the etheric matrix, as the garment of every lightbearer, as the Light upon the altar of the heart. Up to this hour, that universality cannot be outpictured; for by definition, the moment that etheric matrix hits time and space and begins to come into form, immediately it is boxed and there is the contriving and then there is the arguing and then the wars accelerating for who shall have the seat of power, who shall bear the sign of authority.”[2]

See also

Sources

Mark L. Prophet and Elizabeth Clare Prophet, The Path of the Higher Self, volume 1 of the Climb the Highest Mountain® series, pp. 491–94.

  1. San Mateo 25:14-30
  2. Pearls of Wisdom, vol. 28, no. 51.