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Lord Ling/es: Difference between revisions

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Los hijos de Israel estaban llamados a ser un pueblo santo, pero en aquel momento no encarnaban la santidad de Dios. Durante la ausencia de Moisés, adoraron el becerro de oro. Cuando Moisés descendió de la montaña y vio la testarudez de la gente y su aceptación del materialismo, rompió las tablas. Las alianzas detalladas se perdieron así, y serían remplazadas más tarde por diez simples mandamientos que Dios inscribió en un segundo grupo de tablas. La prueba del pueblo sería «la prueba del diez», que es la prueba del chakra plexo solar.<ref>Sanat Kumara cuenta con detalle este episodio de la misión de Moisés en {{OSS}}, págs. 33–39.</ref>
Los hijos de Israel estaban llamados a ser un pueblo santo, pero en aquel momento no encarnaban la santidad de Dios. Durante la ausencia de Moisés, adoraron el becerro de oro. Cuando Moisés descendió de la montaña y vio la testarudez de la gente y su aceptación del materialismo, rompió las tablas. Las alianzas detalladas se perdieron así, y serían remplazadas más tarde por diez simples mandamientos que Dios inscribió en un segundo grupo de tablas. La prueba del pueblo sería «la prueba del diez», que es la prueba del chakra plexo solar.<ref>Sanat Kumara cuenta con detalle este episodio de la misión de Moisés en {{OSS}}, págs. 33–39.</ref>


Después de llevar a los hijos de Israel durante cuarenta años por el desierto, Moisés no tuvo permiso para entrar en la Tierra Prometida y sólo la pudo ver desde el monte Nebo, justo antes de fallecer, porque enfurecido golpeó la roca para recibir las aguas en vez de invocarlas y recibirlas amorosamente.<ref></ref> Y aunque liberó al pueblo hebreo de la esclavitud egipcia, Moisés no equilibró su llama trina, puesto que su servicio estaba falto de la cualidad de la alegría. Su penacho rosa del amor divino no estaba a la altura de la intensidad de fuego que tenía su devoción hacia la voluntad de Dios.  
Después de llevar a los hijos de Israel durante cuarenta años por el desierto, Moisés no tuvo permiso para entrar en la Tierra Prometida y sólo la pudo ver desde el monte Nebo, justo antes de fallecer, porque enfurecido golpeó la roca para recibir las aguas en vez de invocarlas y recibirlas amorosamente.<ref>Números 20:3–12.</ref> Y aunque liberó al pueblo hebreo de la esclavitud egipcia, Moisés no equilibró su llama trina, puesto que su servicio estaba falto de la cualidad de la alegría. Su penacho rosa del amor divino no estaba a la altura de la intensidad de fuego que tenía su devoción hacia la voluntad de Dios.  


[[File:Luoyang 2006 7-24.jpg|thumb|Ananda, Longmen Grottoes, China]]
[[File:Luoyang 2006 7-24.jpg|thumb|Ananda, Longmen Grottoes, China]]