Enoch/es: Difference between revisions

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<blockquote>Jamás me arrepentí del paso que di, ni de los que precedieron, que me llevaron al borde de la debacle humana cuando mi propia vida, según mi prójimo, fue juzgada como un fracaso. Y sin embargo, ante los maestros, antes los grandes Hermanos de Luz, fui juzgado digno de ascender y de dejar de ser, pues Dios me llevó. Y no me arrepiento de ello, porque los breves momentos en los que la humanidad se arriesgó a mofarse de mí pasaron rápidamente y la gloria del futuro en reinos de luz ha sido tan maravillosa que incluso en un momento de esa gloria, todo el dolor y la angustia de la censura humana quedaron borrados y pasaron<ref></ref>.</blockquote>
<blockquote>Jamás me arrepentí del paso que di, ni de los que precedieron, que me llevaron al borde de la debacle humana cuando mi propia vida, según mi prójimo, fue juzgada como un fracaso. Y sin embargo, ante los maestros, antes los grandes Hermanos de Luz, fui juzgado digno de ascender y de dejar de ser, pues Dios me llevó. Y no me arrepiento de ello, porque los breves momentos en los que la humanidad se arriesgó a mofarse de mí pasaron rápidamente y la gloria del futuro en reinos de luz ha sido tan maravillosa que incluso en un momento de esa gloria, todo el dolor y la angustia de la censura humana quedaron borrados y pasaron<ref></ref>.</blockquote>


<blockquote>I have walked with God. For many a century, I have walked along the highways and byways of life carrying his flame as an emissary of the Great White Brotherhood. Oh, the walk with God upon earth and in the heavenly cities in the kingdoms of our Lord to sow the seeds of the Christ that they might spring up in the hearts of all men. You, too, may walk with God if you will but give thought to the fact that as you go about your daily tasks, mundane though they may be, you are engaged in a walk with God, and that walk becomes closer, an inner communion, the rhythm of his footsteps and his heartbeat, of his fire breath.<ref>Enoch, “The Walk with God,” April 5, 1969.</ref></blockquote>
<blockquote>He caminado con Dios. Durante muchos siglos he caminado por las vías y los caminos del mundo, llevando su llama como emisario de la Gran Hermandad Blanca. Oh, el caminar con Dios en la tierra y en las ciudades celestiales de los reinos de nuestro Señor para sembrar las semillas del Cristo para que pudieran brotar en el corazón de todos los hombres. Vosotros también podéis caminar con Dios si tan sólo pensáis en el hecho de que al dedicaros a vuestras tareas diarias, mundanas como puedan ser, estáis involucrados en un caminar con Dios, y ese caminar se vuelve más cercano, una comunión interior, el ritmo de sus pasos y su latido del corazón, de su aliento de fuego<ref></ref>.</blockquote>


So completely absorbed in his Divine Selfhood was Enoch, that the ritual of the ascension took place on one of those walks with God. So it can take place with each one who builds the momentum of the sacred fire with each footstep, each heartbeat. For with each inbreathing of the sacred fire from the throne of God, one can draw a little nearer to the goal of oneness with him.
So completely absorbed in his Divine Selfhood was Enoch, that the ritual of the ascension took place on one of those walks with God. So it can take place with each one who builds the momentum of the sacred fire with each footstep, each heartbeat. For with each inbreathing of the sacred fire from the throne of God, one can draw a little nearer to the goal of oneness with him.

Revision as of 17:42, 3 March 2020

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The translation of Enoch, illustration from Figures de la Bible (1728)

El libro de Génesis dice que Enoc era el séptimo desde Adán, que «caminó con Dios, y desapareció, porque le llevó DiosCite error: Invalid <ref> tag; refs with no name must have content.

Enoc era un sacerdote del fuego sagrado y un sacerdote de la Orden de Melquisedec.

Enoc ha hablado de los desafíos de aquella vida:

Jamás me arrepentí del paso que di, ni de los que precedieron, que me llevaron al borde de la debacle humana cuando mi propia vida, según mi prójimo, fue juzgada como un fracaso. Y sin embargo, ante los maestros, antes los grandes Hermanos de Luz, fui juzgado digno de ascender y de dejar de ser, pues Dios me llevó. Y no me arrepiento de ello, porque los breves momentos en los que la humanidad se arriesgó a mofarse de mí pasaron rápidamente y la gloria del futuro en reinos de luz ha sido tan maravillosa que incluso en un momento de esa gloria, todo el dolor y la angustia de la censura humana quedaron borrados y pasaronCite error: Invalid <ref> tag; refs with no name must have content.

He caminado con Dios. Durante muchos siglos he caminado por las vías y los caminos del mundo, llevando su llama como emisario de la Gran Hermandad Blanca. Oh, el caminar con Dios en la tierra y en las ciudades celestiales de los reinos de nuestro Señor para sembrar las semillas del Cristo para que pudieran brotar en el corazón de todos los hombres. Vosotros también podéis caminar con Dios si tan sólo pensáis en el hecho de que al dedicaros a vuestras tareas diarias, mundanas como puedan ser, estáis involucrados en un caminar con Dios, y ese caminar se vuelve más cercano, una comunión interior, el ritmo de sus pasos y su latido del corazón, de su aliento de fuegoCite error: Invalid <ref> tag; refs with no name must have content.

So completely absorbed in his Divine Selfhood was Enoch, that the ritual of the ascension took place on one of those walks with God. So it can take place with each one who builds the momentum of the sacred fire with each footstep, each heartbeat. For with each inbreathing of the sacred fire from the throne of God, one can draw a little nearer to the goal of oneness with him.

Enoch and the fallen angels

There are a number of writings that have been attributed to Enoch. The most well-known of these is the Book of Enoch, whose main theme is the final judgment of a certain band of fallen angels, whom Enoch called the “Watchers” and their progeny. In one early chapter of the book, Enoch was himself sent to the Watchers to convey God’s message that they shall have neither peace nor forgiveness on account of their sins against him. The Watchers, terrified and trembling, asked Enoch to petition God on their behalf, which Enoch did. Nevertheless, God’s judgment remained against the Watchers, “Nevermore shall you ascend into heaven.” Enoch set forth this book for our wisdom, our admonishment and our warning.

We can call to the ascended master Enoch to judge the fallen angels and the origins of evil. Enoch says:

My beloved, I have petitioned the Father that I might speak to you from my heart and on behalf of Saint Germain. Some of you were with me in my life as Enoch. Some of you saw Atlantis with me. You remember vividly the temptations of the fallen angels, which had begun long ago in Lemuria. You know, beloved, that these fallen ones have drawn mankind in this hour to depths of degradation not thought possible.

Surely, then, all that I have written of the judgment of the Watchers must come to pass. Let my knowledgeable ones, well-taught by the messengers, understand the directing of sacred fire and legions of Astrea into the earth for the uprooting of the roots of wickedness and karma of these fallen ones as they are bound and taken from the screen of life and, following transition, clearly removed from the astral plane and from the planet.[1]

For more information

The Book of Enoch and other Enoch texts, with commentary by Elizabeth Clare Prophet, are included in the book Fallen Angels and the Origins of Evil: Why Church Fathers Suppressed the Book of Enoch and Its Startling Revelations.

Sources

Mark L. Prophet and Elizabeth Clare Prophet, The Masters and Their Retreats, s.v. “Enoch.”

  1. Enoch, “I Have Chosen to Walk the Earth...” Pearls of Wisdom, vol. 30, no. 9, March 1, 1987.